Será la sanidad pública madrileña, y en concreto
el Hospital Ramón y Cajal, quien cuide de la salud de
Karlus Barbar, un joven de 28 años que fue secuestrado, torturado y abandonado en el desierto por los
terroristas del Daesh. El joven ha sido recibido este jueves por
el consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, así como por el presidente de la Fundación Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel. El responsable sanitario ha explicado que Barbar será examinado por los riesgos derivados de
"estar colgado por las piernas y la cabeza boca abajo más de un mes", "el problema de retorno venoso para poder llegar la sangre al corazón" o las posibles "infecciones" en los miembros inferiores. Un ejemplo indiscutible de lo que debe significar
la apuesta por la humanización que ha abrazado la Consejería, que puede ir de los detalles más rutinarios a un espíritu global de la relación con las personas y sus necesidades...
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