La humanización de la sanidad también llega a los robots. Si no que se lo pregunten al pobre BB-8 canario, que a falta de un sistema motriz para poder desplazarse al hospital universitario Nuestra Señora de La Candelaria tuvo que ser llevado en brazos, como el bebé que es, por una amable señora que le ayudó a que su impecable chasis siguiese intacto. Pero que no se preocupen los aficionados a Star Wars, pues el droide no necesitaba una revisión de circuitos ni un cambio de tornillos, ya que
acudió al centro hospitalario como un miembro más del escuadrón de la Asociación Fuerza Imperial de Tenerife que tenía la importante misión de alegrar la Navidad a los niños ingresados en estas fechas en el área de Pediatría...
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