El supuesto
daño hepático grave derivado de su uso ha puesto a
Esmya, tratamiento de
Gedeon Ritcher contra los miomas uterinos, en el disparadero. Tras meses marcados por las
investigaciones y restricciones de uso, el laboratorio se ha propuesto hacer un ‘lavado de cara’ completo al fármaco, para lo cual ha puesto en marcha toda su artillería en materia de Comunicación. En esa línea se podría encuadrar también la última nota de prensa enviada a los medios, en la que desde Gedeon se defiende la
seguridad del fármaco alegando que no se ha encontrado una
“relación causal” entre el uso de Esmya y el
daño hepático. Precisamente este argumento centró el encuentro informativo organizado por Gedeon en Madrid, donde se barajó la posibilidad de que los daños tengan que ver con casos de
hepatotoxicidad por fármacos, un trastorno producido por la falta de tolerancia del paciente…
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