13 millones de euros tienen la culpa de la
dimisión en bloque de toda la cúpula del Hospital Universitario de Canarias (HUC), en
Tenerife, el pasado martes, incluido su gerente. El centro, que pertenecía al Cabildo Insular heredó, pasó al
Servicio Canario de la Salud (SCS) con varios problemas heredados. Entre ellos, la
falta de estabilidad laboral de sus trabajadores. Probemas que, según la directiva dimisionaria, necesitaban un presupuesto mínimo de
199 millones de euros en 2017 para comenzar a resolverse. En cambio, los nuevos presupuestos contemplan una partida para este hospital inferior: de unos
186 millones de euros. Este hecho fue el detonante de la dimisión de la directiva, que se declaró
atada de pies y manos para asumir los compromisos con su plantilla, y que coincidió en el tiempo con la filtración del nombre del
nuevo consejero.
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