La última legislatura ha estado llena de novedades para muchos. También para aquellos que se estrenaban como diputados en el Congreso a bordo de las nuevas formaciones. Y es que
los nuevos en política tienen que dejar sus profesiones para encaminarse a un parlamento sin saber muy bien qué van a encontrar. En este caso, unas nuevas elecciones. Los políticos sanitarios generalmente provienen del sector, una profesión muy vocacional que cuesta abandonar para asumir responsabilidades políticas. Es el caso de Amparo Botejara, cabeza de lista de Podemos por Bajadoz y exportavoz adjunta en la Comisión de Sanidad, que hasta que fue elegida ejercía como médica de Atención Primaria en un centro de salud de Extremadura. Al disolverse las cortes,
decidió volver al centro de salud por sentirse con el corazón dividido. “Lo echaba de menos y volver a ver a los pacientes ha sido gratificante, pero también he visto que en el Congreso se pueden cambiar muchas cosas”, dice. Por eso, a corto plazo su plaza en Atención Primaria tendrá que esperar ya que ahora le toca enfrentarse de nuevo a la batalla electoral, a pesar de que muchos de sus pacientes no llegan a comprenderlo ni a aceptarlo. “Me dicen que no me van a votar porque no quieren que me vaya”, bromea. De momento, le toca cambiar el fonendo por la campaña y, si sale elegida de nuevo, por el escaño…
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