Si algo ha demostrado
Carmen Montón desde su llegada a la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana es que
le pesa más la coherencia gestora e ideológica que compromisos ajenos al cargo. Así, no le ha temblado la mano en afirmar que su departamento actuará con toda la contundencia posible frente a los casos de amenazas entre médicos por la asignación de plazas. En este contexto, el PP acaba de pedir
el cese de la secretaria autonómica de Sanidad, Dolores Salas, después de que se haya sabido que su hija fue contratada en la fundación pública Fisabio presuntamente
de forma irregular. Otro fuego que apagar para la consejera en una semana ya de por sí complicada, pero que seguramente se solucionará más
por la vía de la decencia que por la ceguera de conveniencias o amiguismos…
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