Este jueves, el expresidente y los exconsejeros de Cataluña han celebrado un acto en la casa taller de un artista belga que protegió a judíos durante la ocupación alemana. Conocida es la afición y el toque al piano del
exconsejero de Salud de Cataluña, Antoni Comín, que ha aprovechado que había un instrumento en la estancia para dar aún más simbolismo a la cita, tal y como refleja la
Agencia Catalana de Noticias. En un momento del encuentro, se ha sentado en el taburete frente a varios cuadros del artista belga y junto a carteles que pedían la libertad de los
exconsejeros para interpretar una canción. La elegida también está cargada de simbolismo:
Laura, una pieza de Lluis Llach publicada en 1977 y que es una carta de amor con referencias al exilio. Sin duda, una nota de dramatismo para un Comín en un 'exilio' muy diferente al que sufrieron los perseguidos por el franquismo...
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