La
escalada desprivatizadora de Antoni Comín parece que ha decidido bajar al campo base antes incluso de asumir mayores retos, como son el sector de la salud mental y el sociosanitario. Fuentes del sector han explicado a Redacción Médica que el propio consejero reconoce que
la falta de una red pública en estos campos complica en enorme medida la desprivatización, por falta de centros a los que derivar usuarios. Pero es que además hay problemas con las iniciativas que ya están en marcha. El fin del concierto con la Clínica del Vallés, por ejemplo, o el del Hospital General que, de momento,
se ha dejado “para septiembre u octubre”. En el caso del primero, los representantes sindicales todavía no tienen ni idea de qué va a pasar con esos trabajadores, ni siquiera con los que teóricamente van a ser contratados por la sanidad pública. “
No sabemos en qué situación van a quedar o si cuando se organice una oposición los echarán a la calle”, reconocen estas fuentes. Las mismas que aseguran que el compromiso de la Consejería era que no hubiera despidos ni merma de la calidad asistencial. “Si esto ocurre,
haremos presión para que estos hospitales no salgan de la red sanitaria”, arguyen a la espera de próximas reuniones que se antojan complicadas…
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