La tensión en el seno de la Generalitat de Cataluña es evidente. Especialmente tras
el cese del consejero de Empresa, Jordi Baiget, por su supuesta
falta de compromiso con el referéndum secesionista unilateral previsto para el 1 de octubre. Aunque el presidente,
Carles Puigdemont, niega que de momento vaya a haber más cambios de sillas en el Ejecutivo autonómico,
se rumorea que los enfrentamientos entre los socios de gobierno (PDeCAT y ERC) por este asunto provoque
la salida de algún que otro consejero más. El que parece que ha ‘salvado los muebles’ y
ha garantizado su cargo con toda esta tormenta política ha sido el titular de Salud,
Antoni Comín, quien ha dado con la clave para mantenerse en la Consejería:
mostrar abiertamente su compromiso con el ‘procés’ independentista. Ni
titubeos con la empresa secesionista, ni temor a poner en riesgo sus bienes por futuros procesos judiciales,
ni sentimiento de rechazo a una posible pena de cárcel parece que han sido suficiente para abrazar el cargo por más tiempo...
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