Todos los países que se han presentado para
albergar la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), tras la salida de Reino Unido de la Unión Europa, saben
lo mucho que está en juego.
Ámsterdam, una de las veinte urbes que compiten por esta sede, ha sido de las últimas en desplegar sus ventajas y explicar por qué debe quedarse con la EMA: por su
continuidad, conectividad, compromiso y comunidad, ha destacado su ministra de Salud,
Edith Schippers. Sin embargo, la dirigente no ha podido obviar a
Barcelona como su “principal rival” en esta carrera,
tal y como recoge El Periódico, y más sabiendo que
esta ciudad es la ‘preferida’ por los trabajadores, según datos del Gobierno español.
No es la primera vez que ambas ciudades se ven las caras para hacerse con esta sede: lo hicieron 24 años antes,
en 1992, cuando se fundó la agencia y antes de su final acogida por la capital británica…
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