El
ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en funciones,
Alfonso Alonso, ha querido dejar claro en Twitter que el sector sanitario debe estar fuera del debate político por ser
“muy importante y uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo”. Una afirmación que tiene dos ópticas: por un lado, que el político conservador entiende que uno de los principales bastiones del Estado del bienestar español
no merece entrar en la pelea política. Claro que esta opción deja en mal lugar a la otra: la que
deslegitima al propio ejercicio político subyaciendo la idea de que la inoperancia de nuestros gobernantes prevalece sobre la política con mayúsculas. Es decir: la crítica, el debate y, por tanto, la reforma y la mejora de cualquier herramienta o servicio público...
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