Lo del desastre organizativo del lote de viajes del
Imserso puesto en manos de
Mundiplan era la crónica de una muerte anunciada, y que desgraciadamente se ha cumplido. Alguien dentro del
Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales se empeñó en desvirtuar lo que los técnicos del Imserso habían dejado bien claro en los pliegos del concurso, y metió por medio a
Hacienda para crear un tribunal
ad hoc que diera a esta UTE la parte más jugosa del contrato, la de las Islas. Y ahora pasa lo que está pasando:
reclamaciones de viajeros que ven cómo les cambian horarios, desplazamientos, condiciones de alojamiento, etc. Circunstancias graves en unos viajes que llevan el sello estatal, pero más escandalosas todavía cuando las personas que viajan son
mayores, polimedicados en muchos casos, pacientes crónicos o pluripatológicos, discapacitados que ven cómo estos incumplimientos de Mundiplan pueden afectar seriamente a su salud. Alguien el Ministerio debería responder por este caos, y
Alfonso Alonso tendría que señalar quién es la/el culpable y pedirle cuentas públicas porque en definitiva
se ha estado jugando con pacientes…
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