El fallecimiento de
Pedro Solbes a los 80 años ha provocado que la sociedad española se despida de uno de los políticos que más impacto dejó en la
economía nacional durante la década de los 90 y el arranque del siglo XXI, pero que también tuvo un marcado efecto sobre la
gestión de la sanidad. El exministro socialista fue el encargado de capear con la
crisis financiera internacional durante la primera legislatura del Gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero. Suyas fueron algunas decisiones controvertidas como la negativa a entregar transferencias a cuenta a las comunidades en 2008 para financiar gastos sanitarios, que desató un aluvión de
recursos por parte de los barones populares. También llegó a cuestionar algunas iniciativas que emergían de sus propios compañeros como conceder la
gratuidad a la salud bucodental de los niños porque invadía las competencias autonómicas y carecía de memoria presupuestaria. Ambas medidas llegaron en un momento marcado por la complicada situación económica que atravesaba el país. Hoy, tanto socialistas como populares han olvidado ya esos debates de fondo de la escena política para rendir un homenaje al que coinciden en catalogar como un
“servidor público”…
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