Corría el año 2006, y
Avite (Asociación de Víctimas de
Talidomida en España) celebraba su segundo congreso en Madrid. Ante el silencio mostrado por
Grünenthal en España sobre las víctimas de su fármaco más famoso, sus representantes optaron por acudir a la sede del laboratorio para hacerle a su por aquel entonces director general un obsequio muy especial:
una pierna ortopédica, “para que nos tuviera presentes en sus oraciones” explica la organización en su web en un
texto publicado este domingo. En él, Avite cuenta que, tiempo después, el periodista Joaquín Arozamena –que presentó el libro
Oscuro remedio, sobre este mismo tema– reveló que el director general había considerado “
muy feo” ese detalle por parte de la asociación. La farmacéutica parece
muy sensible a estos detalles pero prefiere obviar el hecho de que las víctimas de su medicamento no tienen la justicia que merecen…
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