Aunque el ex
conseller catalán de Salud,
Antoni Comín, aseguró este verano que estaba dispuesto a
pagar con la cárcel por sus acciones en defensa de la independencia de
Cataluña, por el momento está haciendo todo lo posible para que su paso por prisión sea lo más tarde y lo más breve posible. Además de permanecer en
Bélgica y
no acudir a declarar a la Audiencia Nacional, Comín ha contratado los servicios de un conocido y polémico abogado,
Gonzalo Boyé, quien ha actuado como defensor de Edward Snowden, ha participado en la acusación particular contra Luis Bárcenas y es uno de los editores de la revista satírica
Mongolia. Además de su fulgurante carrera como abogado, Boyé es especialmente controvertido por haber sido
condenado a 14 años de prisión (de los que permaneció seis encerrado) por
colaborar con ETA en el secuestro del industrial Emiliano Revilla. Boyé, de origen chileno, siempre ha defendido su inocencia sobre estos hechos y ha mantenido que lo único que hizo fue prestar un coche a un amigo pensando que se lo pedía para una mudanza. En prisión
se matriculó en la UNED y completó la licenciatura de
Derecho. Poco después de salir, inició su carrera en los tribunales, que vivió un espaldarazo con su participación en el juicio del 11-M. Una carrera que añade ahora un hito más, con la asistencia que presta a Comín por los delitos en los que puede haber incurrido durante el
Procés.
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