La Conselleria de Sanitat ha puesto en marcha la
Comisión para la implantación y seguimiento de la actualización de la
Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud (SNS) en la Comunitad Valenciana. Este mismo año, en septiembre, se actualizó la atención a esta enfermedad, ampliando las
guardias hospitalarias y con ello la ampliación de tiempos del ictus hemorrágico. El grupo de trabajo encargado de establecer las novedades se reunirá dos veces al año como mínimo, y más siempre que existe una causa.
Entre los miembros de la Comisión, estarán
profesionales del sistema sanitario público de la Comunidad Valenciana. Se contará con una persona facultativa, especialista en
Neurología, de cada una de las seis Unidades de Referencia de ictus; un especialista en
Neurorradiología de los tres hospitales de referencia de alta complejidad; tres responsables de los Servicios de
Medicina Intensiva de diversos centros hospitalarios. Además, el organismo integrará a profesionales de
Farmacia,
Enfermería, Urgencias, Medicina Interna y neurorrehabilitación, entre otros.
La primera
Estrategia en Ictus del SNS data de 2009, en la cual se realizó un análisis de la situación epidemiológica de España y se desarrollaron objetivos de mejora en las principales líneas de prevención y tratamiento necesarias para reducir el impacto de la enfermedad, abarcando toda la cadena asistencial. Según recoge el Diari Oficial de la Generalitat este martes, el primer
Plan de Atención al Ictus 2011-2015 de la Comunidad Valenciana "sentó las bases para garantizar que la ciudadanía dispusiera de todos aquellos recursos que han demostrado
disminuir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de las personas que sufren un ictus".
Tratamiento del ictus en la Comunidad Valenciana
La región designó en 2015 seis unidades de referencia para el
diagnóstico y
tratamiento durante la fase aguda de esta patología. Cuatro años más tarde, el Gobierno autonómico publicó la actualización del Plan de Atención al Ictus (2019-2023), incorporando novedades como la trazabilidad del proceso
ictus, la redefinición en los tiempos de actuación, el aumento de la máxima ventana terapéutica, la actualización de los criterios de activación, los criterios de ingreso hospitalario del ictus y del accidente isquémico transitorio, entre otras. Además, se reforzó la
divulgación sobre esta enfermedad a
pacientes, familiares y cuidadores, implantando también el
tele-ictus en todos los departamentos de salud.
La actualización de la Estrategia busca promover la salud y prevenir la enfermedad cerebrovascular en la población, además de asegurar el acceso a los medios diagnósticos y terapéuticos óptimos de las personas que han sufrido un ictus en todas las fases de su enfermedad. Para ello, se potencia el
acompañamiento al paciente y su entorno durante todo el proceso, impulsando un modelo integral que favorezca su recuperación y autonomía.
Estadísticas de ictus en España
Según recoge la Conselleria,
el ictus es una de las enfermedades neurológicas más prevalentes y la
principal causa de discapacidad en el adulto. Aunque el envejecimiento de la población ha aumentado su presencia en los últimos años, esta no solo afecta a personas de edad avanzada. Se ha producido un incremento "alarmante" de un 25 por ciento entre las personas de entre 20 y 64 años afectadas por esta patología, principalmente por
factores de riesgo modificables (tabaquismo, diabetes, hipertensión arterial, obesidad...).
La enfermedad cerebrovascular afecta al 1,5 por ciento de la población española. En 2021, el ictus fue la tercera causa de muerte en España, tan solo por detrás de la Covid-19 y las cardiopatías isquémicas. Fue la segunda causa de muerte en mujeres y la cuarta en hombres. Cada año, alrededor de
120.000 personas sufren un ictus en España, 40.000 fallecen por esta enfermedad.
Sin embargo, su tratamiento es posible. Entre un
80 y 90 por ciento de los ictus son evitables controlando los factores de riesgo modificables. Además, en los últimos años se han desarrollado tratamientos efectivos que pueden minimizar los déficits, el diagnóstico de las causas es más preciso y se ha conseguido tratar la enfermedad de manera que el riesgo de reincidencia disminuya. Para lograr llegar a tiempo, es necesario que los ciudadanos conozcan los factores de riesgo y los
síntomas de alarma, así como disponer de una buena coordinación entre los servicios de urgencia y los centros sanitarios mediante la activación del 'código ictus'.
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