Cristina Mouriño / Ricardo Martínez. Valencia
Las elecciones del 24-M no van a resultar indiferentes para el modelo Alzira. El más que probable giro a la izquierda en el próximo gobierno de la Generalitat Valenciana pone en entredicho la gestión de cinco hospitales y sus respectivas áreas de Atención Primaria, puesto que PSOE, Compromís y Podemos se han marcado como objetivo volver a la administración pública de los centros sanitarios.
El portavoz socialista de Sanidad Ignacio Subías defiende que se haga “una evaluación seria y transparente del modelo” desde el punto de vista de la eficacia económica y sanitaria. “La consejería y las concesionarias nunca han sido partidarias de este análisis, por lo tanto es algo oscurantista”, ha señalado Subías a esta publicación, donde ha explicado que “obtener datos sobre este asunto es muy complejo”.
El PSOE maneja tres propuestas para recuperar el modelo. La primera opción que plantean es que cuando finalice el contrato (la concesión de Alzira expira en 2018) se recupere para el sistema público, pero sin que suponga ningún coste añadido. Subías no es partidario de revertir los contratos “por las bravas” por el coste elevado que supondría para las arcas públicas, puesto que según un informe de la Federación de Servicios Públicos de UGT, destaca que supondría un desembolso cercano a los 400 millones de euros.
La segunda medida que los socialistas pretenden impulsar es “el control sobre el modelo”, ya que a juicio de Subías, en este momento “no existe, porque les dejan planificar a su aire”. En tercer lugar, buscan centrarse en los incumplimientos, estudiando con detalle los convenios y lo contratos en vigor y analizar dónde no se están llevando a cabo las cláusulas firmadas o los controles de calidad. El portavoz socialista considera que si se supieran los números con plena transparencia, “las empresas se pensarían si realmente les interesa”.
Compromís quiere una transición y Podemos recuperar los servicios privatizados
La líder de Compromís, Mónica Oltra, ha explicado a Redacción Médica que se contemplan dos vías. Por un lado, Oltra ha señalado que “para las concesiones próximas a su vencimiento, como la del Departamento de Salud de La Ribera propusimos una ley que en su momento contó con el apoyo del PSOE e Izquierda Unida, en la que fijábamos la necesidad de un periodo de transición a la sanidad pública”. “Nuestra idea es que se realice sin que suponga un impacto negativo para los pacientes y teniendo en cuenta los derechos laborales y la experiencia de los profesionales”.
En este caso, Compromís ha valorado la posibilidad de trasladar a este centro la fórmula de consorcio que ya funciona en el Hospital General de Valencia y el de Castellón, de tal forma que en un primer momento el personal fuera laboral y luego se procediera a su estatutarización. “En cualquier caso, el modelo sería negociado con los sindicatos para aprovechar esa experiencia y esa inteligencia colectiva”, ha añadido.
En cuanto a la segunda vía, Compromís la llevaría a cabo en los casos en los que las concesionarias no han cumplido el contrato, y ha puesto como ejemplo el caso de La Marina, “donde la empresa se comprometió a construir un centro de salud y reformar el hospital, y no lo ha hecho”. En esta situación, “se presionaría a las empresas a cumplir lo estipulado en el contrato. De no ser así, se resolvería”, ha concluido.
Por su parte, Podemos es partidario de recuperar “gradualmente los servicios privatizados, revisando los contratos”. En la línea que marcaba el PSOE, el factor clave está la indemnización que la Administración debería pagar a las empresas, por eso, los grupos se posicionan primero por hacer una auditoría y control exhaustivo de la gestión, por si hay incumplimientos que permitan la rescisión automática, y después ir dejando vencer los contratos.
PP apela a la satisfacción del paciente y Ribera Salud cumplirá su contrato
Elhasta ahora consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Manuel Llombart, defiende este modelo mixto que incluye áreas de salud supuestamente más flexibles, con otras que no lo son. Llombart afirma que el grado de satisfacción de los pacientes es el mismo en las áreas de gestión privada que en las de gestión pública y que unas dinamizan a las otras.
Por su parte, desde Ribera Salud aseguran que siempre han intentado mantenerse al margen del debate político. “Más allá de quién gestiona un servicio público lo importante es cómo se gestiona, con resultados medibles y objetivos, y teniendo en cuenta la opinión de usuarios y profesionales. Ojalá se cree un observatorio, como reclamamos desde hace tiempo, que evalúe los diferentes modelos de gestión existentes”, aseguran desde el grupo. Asimismo, confirman que no se han planteado nada ante un cambio de gobierno más que cumplir el contrato que tenemos firmado con la Administración dando la mejor atención sanitaria como hemos hecho siempre, con vocación de servicio público y visión a largo plazo.
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