Con preocupación e incertidumbre. Así aguardan los profesionales sanitarios y los pacientes a que la Comunidad Valenciana haga oficial el anuncio de revertir la concesión que mantiene en el Hospital La Ribera, en Alzira, tal y como anunció su presidente, Ximo Puig, hace escasas semanas. Ambos colectivos consideran que esta decisión dará un giro de 180 grados a su actual situación, bien sea porque sus condiciones laborales varíen o porque su atención médica empeore, tal y como han manifestado personalmente a Redacción Médica.
Para los profesionales sanitarios, esta medida repercutirá directamente en su bolsillo, ya que cambiará el modelo de carrera profesional que actualmente tienen (basado en un salario fijo con incentivos vinculados a objetivos), o al menos así lo creen los 1.800 empleados que trabajan en Alzira bajo un régimen laboral. Esto se debe a que, con la reversión, la Generalitat no va a mantener el convenio colectivo que les garantiza estabilidad hasta diciembre de 2018, basado en mejoras respecto a las condiciones del sistema público tradicional, porque considera que “supone vulnerar los principios de igualdad, mérito y capacidad”. “Es imposible para la Administración”, reconocía la Consejería de Economía valenciana esta semana en un escrito.
Pero no solo eso. Los profesionales temen que el cambio de modelo frene o acabe con “la importante inversión económica que ha realizado la concesionaria, el Grupo Ribera Salud, en los últimos años, tanto tecnológica como en formación”, explica para este medio José Miguel Cuevas, jefe del Servicio de Oncología de Alzira. Lo que ha permitido, en su opinión, situar a La Ribera tener “una posición referente en la Comunidad Valenciana en el diagnóstico y tratamiento oncológico”, solo a la altura de los grandes hospitales generales.
Una postura que respalda el gerente de este centro, Javier Palau, quien recuerda que la inversión que ha realizado la concesionaria sobre sus hospitales ha permitido reducir la lista de espera (actualmente es dos meses menor al resto de departamentos públicos) y ampliar los horarios de visita, algo que, sin duda, incide directamente en la calidad asistencial que reciben los pacientes y en la opinión que tienen los mismos del servicio ofertado. “Es de esperar que la Generalitat tendrá un proyecto que garantice la continuidad de estos buenos resultados y que lo comunicará lo antes posible para reducir la inquietud e incertidumbre existente entre pacientes y profesionales”, indica Palau.
Una “incertidumbre” que para Julio Ribes, jefe del Servicio de Traumatología, debería acabar “lo antes posible” por parte de la Consejería, ya que “los sanitarios y los ciudadanos necesitamos saber cuál es el modelo asistencial que quiere Sanidad para La Ribera”. Y se refiere si a seguir siendo un hospital como el actual (con un amplia cartera de servicios propia de un centro general) o uno comarcal que prescinda de las especialidades y, por tanto, de los profesionales”.
Los pacientes: “Sería un retroceso revertir Alzira”
Pero los profesionales sanitarios no son los únicos que tienen algo que decir en esta decisión. Los pacientes también aguardan con preocupación la medida de la Generalitat, ya que muchos de ellos aún sigue en fase de tratamiento, y cambiar de consideración a La Ribera de un hospital de referencia a uno comarcal cambiaría completamente el abordaje de su enfermedad.
Así lo considera Marivi Ferragut, presidenta de Mujeres Cáncer de Mama (Dacma) y de la Junta Local Contra el Cáncer de Alzira. Según Ferragut, cambiarlo no traería nada bueno para este colectivo, ya que “los desplazamientos a Valencia conlleva incomodidad para los pacientes, que en la mayoría de los casos necesitan acudir al médico varias veces en semana. Es un retroceso”. Por lo que prefiere cómo está gestionado actualmente La Ribera: “este hospital es un referente en el abordaje del cáncer, ya que cuenta con unos profesionales excelentes y unos sistemas tecnológicos punteros”.
La opinión de Ferragut no es baladí, sino que asimila a las encuestas de satisfacción que baraja la Consejería de Sanidad. Según los últimos datos, los pacientes valencianos dan mejor nota a los cuatros hospitales públicos de gestión indirecta que a la red pública. Tanto es así, que Vinalopó consigue un 9 sobre 10; Denia 8,7; Torrevieja 8,6; y Alzira 8,6; frente al 8,5 de media de la comunidad autónoma.
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