A pesar de los esfuerzos del Gobierno valenciano por no recortar en sanidad, teniendo en cuenta la comatosa situación financiera de la región, finalmente la Consejería dirigida por Carmen Montón sufrirá un recorte de casi 11 millones de euros. Esto se debe al ajuste de presupuesto que el Consell se ha visto obligado a ejecutar para seguir recibiendo fondos del Estado central, que en total asciende a 78,3 millones de euros.
Al departamento de Sanidad Universal y Salud Pública le queda el consuelo de que es el que menos ha padecido la tijera, con un recorte que ha supuesto un 0,18 por ciento. En este sentido, el acuerdo firmado con Hacienda blinda 132 líneas de subvención y programas que teóricamente garantizan “que el impacto sobre el gasto social efectivo sea nulo”.
La Comunidad Valenciana mantiene una deuda de 41.935 millones de euros al cierre del primer trimestre de este 2016, siendo la segunda comunidad más endeudada, lo que representa un 41 por ciento del PIB regional. En este contexto, el Ejecutivo necesita la financiación de la Hacienda pública nacional para hacer frente a los diferentes pagos; de hecho, el acceso a Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) les ha permitido abonar facturas tan esenciales como la electricidad.
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