Redacción. Valencia
La Unidad de Neurorrehabilitación Infantil del Hospital de Manises (Valencia), que trata en la actualidad a más de 96 niños con trastornos del espectro autista (TEA) y daño cerebral, ha presentando un plan para que niños con autismo se adapten al entorno hospitalario.
La unidad ha celebrado una jornada para profesionales y padres en la que se han abordado las últimas novedades sobre la atención e intervención para con los niños que sufren esta enfermedad. En el marco de esta jornada, el centro ha presentado la extensión de su programa de adaptación al entorno hospitalario para niños con autismo más allá del servicio de urgencias, donde se inauguró de manera pionera.
El proyecto nació con el objetivo de hacer que la visita al médico por parte de los menores que padecen autismo fuera “menos traumática” para ellos. Para ello, el programa está basado en la utilización de paneles con pictogramas, “espacios informativos” que explican de forma “visual y muy didáctica” todas las acciones que pueden pasar durante la estancia del niño en la consulta médica, ha explicado María Jesús Lluch, logopeda de la unidad.
Según ha informado la Generalitat en un comunicado, los profesionales del centro han constatado que la aplicación de estos paneles “favorece la disminución de la ansiedad por parte de los niños y sus padres y mejora el control del ambiente, y la comprensión de la situación por parte del menor gracias a los apoyos visuales”.
Los paneles también están la web con el fin de que los padres “puedan verlos en casa con sus hijos para asimilar los contenidos”. Próximamente se implantarán en otras especialidades a las que estos niños acuden con mayor frecuencia como extracciones u oftalmología.
Integración sensorial y diagnóstico precoz
La jornada también ha contado con una ponencia de Sara Jorquera, terapeuta ocupacional del centro de integración sensorial Aytona de Madrid que ha explicado la importancia de la integración sensorial en niños con TEA. Jorquera ha explicado que el procesamiento sensorial es la capacidad que tiene el sistema nervioso central para organizar e interpretar las informaciones captadas por los sentidos y poder dar una “respuesta adecuada” al ambiente que le rodea y en estos niños, este sistema se ve alterado con frecuencia.
Por eso, trabajar a través de la terapia de integración sensorial permite mejorar “la regulación conductual del niño y su manera de desenvolverse en su entorno” detallan las terapeutas ocupacionales de la unidad.
Además, los más de cien profesionales y padres han destacado la importancia del diagnóstico precoz para estos niños ya que se puede realizar un “seguimiento temprano del niño” y un “diagnóstico más certero”, algo que, según los padres, ayuda a conseguir una mejor adaptación del niño en sus ámbitos familiar, social y escolar.
El diagnóstico más certero en este tipo de trastornos se realiza en torno a los tres años y como rasgos generales, los niños con TEA presentan problemas de lenguaje y comunicación, interacción social, juego, imaginación y creatividad y dificultades en el procesamiento sensorial.
En este sentido, la unidad de Manises, al estar integrada en un hospital público, cuenta con la capacitación de los médicos de familia en la detección precoz y de los especialistas en neuropediatría, que son los que derivan a los niños la Unidad, lo que permite una detección precoz y un diagnóstico multidisciplinar, han explicado en el comunicado.