"Lo siento, ahora no te puedo atender". Sobrepasado y con decenas de tareas en el aire,
José Miguel Alonso apenas tiene tiempo para consultar su teléfono móvil. Su prioridad, ahora, es hacer que funcione el
puesto de Soporte Vital Avanzado que están desplegando en el instituto de Educación Secundaria de Sedaví, lo antes posible. Este médico especialista en Anestesiología-reanimación y tratamiento del dolor es uno de los profesionales voluntarios movilizados desde el Hospital la Fe de Valencia a las zonas más afectadas por la DANA.
A unos cuantos kilómetros se encuentra
Noelia Tarazona, oncóloga en el Hospital Clínico Universitario de Valencia. Esta facultativa reside en La Torre, el barrio que se encuentra a los pies del puente que cruza el río Turia donde han sido trasladados en camiones numerosos recursos como víveres o medicación ante los estragos causados por la DANA. "Hay muchos enfermos crónicos que padecen, por ejemplo, diabetes, a los que
no les llega la suficiente insulina", señala la especialista.
Hoy ha sido un día duro para ella. Cada vez que va desde su domicilio hasta el hospital observa como todo
un barrio que le vio crecer lo pierde todo, mientras que al otro lado del puente existe normalidad. "Es una de las cosas
más chocantes psicológicamente". Su voz, al hablar sobre los hechos, es temblorosa. Pero incluso en sus días libres mantiene la suficiente fuerza como para volver al hospital y ayudar en lo que haga falta.
La situación es crítica y los recursos llegan pero no lo suficientemente rápido. De hecho, "falta material en la zona Cero", asegura Alonso. Esta mañana, él y sus compañeros eran traslados a Sedaví y otras áreas afectadas ante la falta de actividad en servicios médicos como el suyo. Sin embargo, bajo su punto de vista, en estos momentos críticos lo que verdaderamente se necesita es "
personal sanitario estructural por turnos" que ofrezca una ayuda fija y continuada en los barrios más golpeados. En este sentido, es partidario de reorientar y "priorizar" los recursos disponibles para ser capaces de ofrecer ayuda en los hospitales, pero también "asistencia de campo". "Gestionar" las manos disponibles "de verdad", ya que esto "no se va a acabar en dos días".
De hecho, centros hospitalarios como el Clínico mantienen lo que Andrés Cervantes denomina "
un acuerdo de solidaridad entre departamentos". El jefe del Servicio de Oncología Médica en el Hospital Clínico Universitario de Valencia asegura que el norte de la ciudad, "está casi en situación de normalidad". Aun así, las zonas afectadas dependen, sobre todo, del hospital general, aunque los centros de Manises, La Ribera y Arnau de Vilanova también están colaborando para redirigir las ayudas allá donde se necesiten.
Heridas, fracturas e infecciones
Hasta el momento, los dispositivos desplegados atienden constantemente heridas y fracturas, las dos lesiones más comunes provocadas por la DANA. Por su parte, Tarazona hace hincapié en que cada vez existe más riesgo de que la población padezca
infecciones respiratorias: "Empieza a haber olor en las calles, mucho barro y agua estancada, y la gente sigue sin llevar mascarilla". Pero el colapso, principalmente, se ve reflejado en la gente voluntaria que sufre heridas o intoxicaciones. Para ella, la provisión de mascarillas es fundamental y, tal y como afirma, "muchos ciudadanos piensan que no quedan, cuando
en los ambulatorios hay muchas cajas", explica, justo en el momento en el que traslada un pequeño cargamento de este material de su hospital a los puntos de atención habilitados en su zona.
Unión española contra los efectos de la DANA
Por suerte, en La Torre, la mayoría de obstáculos ya están recogidos, aunque hay pueblos en los que
los coches continúan en medio de las avenidas, lo que impide que la gente tenga acceso a comida, agua y medicación. Pero ningún vecino de Valencia se ha rendido. Si algo destaca Tarazona, por encima de todo, es la ayuda que está llegando de todas partes: "Personas de toda España te escriben para preguntarte cómo pueden ayudarte, la ciudad está teniendo un comportamiento ejemplar". "Tardaremos años en llegar a la normalidad, pero yo creo que entre todo lo que estamos recibiendo,
si realmente no se olvidan de nosotros, lo conseguiremos", añade.
Los próximos días serán complicados para los valencianos, ya que las previsiones metereológicas no son nada alentadoras. La
Agencia Estatal de Metereología (Aemet) ha ampliado la alerta naranja para el litoral de la provincia de Valencia y el norte de Castellón. Advierten que se pueden acumular hasta 150 litros por metro cuadrado en 12 horas. Por ello, la lucha por volver a la normalidad continúa y, como afirmaba Noelia, "lo lograremos".
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