Se ha cumplido un año de la
reversión del Hospital de La Ribera en Alzira (Comunidad Valenciana), y, mientras el Gobierno regional hace un balance positivo de la gestión en estos doce meses, los informes de la Consejería de Sanidad reflejan que
ha aumentado la lista de espera y que el paciente detecta peor atención, a pesar de la contratación de más personal.
Redacción Médica ha reunido a expertos que conocen de cerca cómo está el centro sanitario para hacer balance y analizar la situación que se vive en este hospital un año después de la reversión. Coinciden en que hay
“sectarismo”, “intranquilidad laboral”, “fuga de profesionales” y
“personal engañado”, algo que creen que no se debe permitir.
¿Qué ha perdido o ganado en términos económicos la Comunidad Valenciana con la reversión del Hospital de La Ribera?
Javier Palau, exgerente de La Ribera y actual director de proyectos de Ribera Salud: En estos momentos podemos hablar de que hay mayor gasto económico en La Ribera. Se ha perdido una oportunidad muy importante en la Comunidad Valenciana, porque teníamos un 20 por ciento de la población adscrita a un modelo de colaboración público-privada y para poder comparar diferentes modelos, el tradicional, que se basa en la gestión sanitaria directa, con otro más moderno en el que se aplican diferentes sistemas de gestión de los recursos humanos.
Después de lo que ha pasado con Alzira, estamos en una situación en la que desde el punto de vista económico se han tenido que incorporar
más de 600 trabajadores nuevos, por lo tanto, hay una cantidad ingente ahora mismo de trabajadores. Es un consumo de recursos mucho mayor y de recursos económicos. Como eso muchas más cosas, un sistema que estaba funcionando con unos presupuestos mucho más ajustados y que en esos momentos están desorbitados y que difícilmente vamos a conocer los resultados reales.
José Juan Zaplana habla sobre los despidos en La Ribera.
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José Juan Zaplana, coordinador del área social del Grupo Popular en Les Corts: La realidad es que nos hemos encontrado en una situación donde el
sectarismo ideológico de esta legislatura ha imperado sobre el sentido común. Hay una cuestión un poco esperpéntica, porque desde el primer día, tanto mi compañero de Ciudadanos como yo, le pedíamos a la Conselleria que hiciera una
auditoría, pero no solamente del sistema concertado, sino también de la pública para poder comparar los datos. No se nos hizo caso y se impregnó de un sectarismo: "¡No, esto no!" "¿Por qué?" "Porque es privado...”. La realidad es que el modelo no ejercía como privado, ejercía como privado en la gestión, pero ninguna persona que iba a La Ribera distingue entre si es privado o es público.
Hemos visto que el cambio de modelo
nos está costando más a los ciudadanos de la Comunidad Valenciana, porque no se ha hecho bien. Hemos visto en prensa cómo se investiga si hay tratamientos que cuestan un 70 por ciento más caros que lo que era antes de la reversión. Y cuando le preguntan a la Consellera si es verdad que compran un 70% más caro, pues la consellera dice que sí, que es que la gestión pública es más cara que la gestión concertada. Entonces dices, bueno y por qué lo has cambiado si era más económico. Dice que hay 600 trabajadores más. Hay un dato que me chirría, porque lo que sí que hay es 600 contratos más, pero trabajadores no hay 600.
Amparo Moya, cirujana y número 3 por Ciudadanos al Congreso por la provincia de Valencia: Lo primero que hicimos fue solicitar una auditoría y el
tripartito optó por no hacerlo. Es cierto que se dice mucho en la prensa que si se ha gastado más, que si se ahorra menos, que si se ha contratado más, pero datos objetivos no tenemos. Hemos pedido las liquidaciones y la Conselleria prácticamente no nos ha dado nada, o sea, el único dato que tenemos por la dirección general del régimen económico es que las cuentas están condonadas.
Carlos Rodrigo, presidente de SanitatSolsUna: Una organización que en unos meses aumenta su plantilla en un 30 y tantos por ciento, que tiene peores resultados asistenciales, que tiene más listas de espera, que compra más caro, como efectivamente reconoce la propia Conselleria, cuando hablo de listas de espera y datos de demora me refiero incluso a los datos de la propia Conselleria, el informe gerente ese último, ahí están esas cifras. Desde el punto de vista económico, los ciudadanos de esta comunidad
han perdido con la reversión.
¿Se antepuso la ideología a la gestión en la toma de la decisión de la reversión?
Carlos Rodrigo analiza los datos de los informes de la Conselleria.
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Carlos Rodrigo: Hay dos aspectos fundamentales. Por una parte, una excelencia técnica o científica, que se da en todos los departamentos, la Comunidad Valenciana tiene magníficos profesionales, una auténtica garantía desde el punto de vista clínico, pero no solo hace falta excelencia en esa gestión técnica, sino también una excelencia en la gestión de tal manera que el modelo sea sostenible y esto es lo que nos preocupa. Nos da igual cuál sea el modelo de gestión, lo que queremos es que sea eficiente para que el sistema sanitario, como lo conocemos, público y universal, lo puedan tener nuestros hijos o nuestros nietos.
Cuando hay un modelo que los propios informes encargados por la propia Administración están diciendo que tiene mejores resultados asistenciales, y esto se justifica de muchas maneras, que además goza de la satisfacción de los usuarios, que además supone un ahorro de 45 millones de euros cada año por departamento, sin más análisis, sin un debate serio, sin una reflexión a fondo, se elimina y se dice que lo eliminamos porque no es nuestro modelo y punto, pues evidentemente está anteponiendo la ideología, está actuando con un sectarismo que está muy lejos de lo que son criterios profesionales. .
Amparo Moya: En abril finalizaba el contrato, pero a partir de ahí se podía haber optado o bien por admitir una prórroga y lanzar un nuevo contrato o un nuevo convenio, pero se hizo una reversión desde nuestro punto de vista ideológico. Independientemente del modelo de gestión, lo importante es la calidad asistencial y si un departamento, su población protegida, está recibiendo una atención sanitaria correcta y de calidad ¿por qué el modelo tiene que ir mal? Pues a lo mejor lo que hay que hacer es mejorar algunos de los apartados. A lo mejor hubiera sido necesario emplear un poco de tiempo en hacer una auditoría.
José Juan Zaplana: Fue una decisión ideológica. El problema es cuando la ideología se hace de manera sectaria y no se piensa primero en las personas. Esto es una entrevista de Montón, que decía que tenían tres modelos para Alzira, de cambio para Alzira y ninguno era perfecto. Y dices, pues hasta que no tengas uno perfecto no toques nada, porque al imponer tu ideología lo que estás haciendo es generar un caos sobre el sistema sanitario conforme estaba estructurado. Esto se basa en varias cosas, primero, esto ha costado bastante, pero ya que tengo a Javier aquí le voy a dar la enhorabuena porque estos son los acuerdos de gestión previos a la finalización del contrato. Estos que están marcados en rojo, en la Comunidad Valenciana hay 24 departamentos de Salud, aquí está el ranking de los 12 primeros, Alzira estaba el cuarto en el ranking, pero es que el modelo concesional, entre los nueve primeros, tiene cinco departamentos de salud.
Es curioso porque dentro de la responsabilidad que tiene un cargo político o un responsable de la gestión, lo primero es buscar la eficiencia y la eficacia de los recursos públicos y es lo que en este caso no ha habido por parte del PSOE, ha sido puramente entrar a
cargarse algo que ellos decían que era una privatización de servicios, cuando nunca lo ha sido porque yo quiero recordar que Alzira no se privatizó nada, lo que se hizo es aprovecharse de la privada para tener un hospital público porque nos lo construyeron, nos lo han gestionado durante unos años y ahora tenemos un hospital y una serie de centros de salud de carácter público, con lo cual, el PP en su momento no privatizó, al contrario, ha utilizado a la privada para tener unos recursos públicos hoy en día.
Un momento del debate, organizado por Sanitaria2000.
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Javier Palau: La propia Conselleria de Sanidad dijo sí, tomamos la decisión por un tema ideológico y esto lo dijo en su momento y lo publicó, es decir, no tuvo ningún tipo de problema en reconocerlo porque por otra parte estamos hablando de un sistema que es más barato, que tiene mejores resultados clínicos, que tiene mejores resultados desde el punto de vista de la eficiencia y entonces si usted lo cambia es evidente que no lo cambia por temas técnicos, ni por temas económicos, ni porque algo está yendo mal, ni porque usted necesita mejorar temas de sanidad, no, es que está usted hablando de cambiar algo que está en los primeros puestos de los ranking de los acuerdos de gestión. Tiene los mejores resultados, está usted hablando de cambiar algo que está costando menos dinero a los contribuyentes y, por lo tanto, estamos hablando... Y usted misma dice, o en ese caso la consellera o la Conselleria general, dice que esto es un tema ideológico, es decir, sí, se cambió por un motivo ideológico.
El problema de todo esto es cuando la ideología nos cuesta dinero a todos, quiero decir, si por cambios ideológicos tenemos que pasar de ahorrar 40 millones a tener que pagar 50 y donde el dinero es de todos los valencianos en este caso, pues entonces hay que matizar muy bien cuáles son nuestras ideas y por qué hacemos las cosas y explicarlo muy bien a la ciudadanía.
Salimos perdiendo todos.
¿Por qué las concesiones hospitalarias están 'demonizadas' por un sector de la política en España si han demostrado que ahorran dinero a las arcas públicas con una buena calidad asistencial?
José Juan Zaplana: Se han pasado 10, 20 años criticando la izquierda, hablando de la privatización de los servicios, hablando de que el PP privatizaba y estos cuatro años hemos visto cómo repetían permanentemente que ellos habían revertido a lo público, los contratos. Me quedo un poco sorprendido porque el único contrato que se ha acabado es el de La Ribera. No se ha revertido nada, finalizar un contrato hay que decidir si se prorrogaba o se hacía directamente. El contrato con resonancias ha vuelto a licitarse, lo que está es sin poner en práctica desde el mes de octubre que está adjudicado. El contrato de las ambulancias se ha rebajado en 25 millones de euros pero es para suprimir la atención sanitaria y el traslado de los profesionales en Urgencias de los puntos de atención continuada que lo usaban habitualmente el vehículo como ambulancia, y ahora nos hemos tenido que gastar otros 20 millones de euros contratando coches y comprando coches, no sabemos muy bien quién lo va a conocer o cómo se va a hacer. El tema de la diálisis se ha vuelto otra vez a licitar, con lo cual, este Gobierno de izquierdas que dicen que ha revertido a lo público, no ha revertido nada.
Javier Palau: "El sistema funcionaba con unos presupuestos más ajustados"
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Javier Palau: Se demoniza desde una parte de la política, porque no se explica bien de qué estamos hablando. Una cosa es cuando hablamos de atención privada pura, es decir, cuando un médico va a una clínica privada para que lo asistan y paga por ello, pagan ellos o paga un seguro privado que tiene. Otra cosa es asistencia pública gestionada de una manera o de otra. Cuando hablamos de Alzira y de las concesiones sanitarias estamos hablando de Medicina absolutamente pública. Desde Ribera Salud, en este caso, y yo personalmente, soy un absoluto defensor de la sanidad pública y no me van a encontrar en otra situación más allá de esta defensa, porque la pública se defiende haciendo las cosas de la mejor manera posible.
Desde que Alzira ha sido revertida se han mandado no sé cuantísimas, 7.000 creo, resonancias hacerse a centros privados. Esto, antes no se hacía, en Alzira se asumía todos las pruebas que había que hacer dentro del propio hospital. Esto es mandar cosas a centros privados. Además, los gastos de farmacia, Alzira estaba comprando a unos precios que en estos momentos se están gastando en torno del 70 por ciento más. Es decir la gestión sanitaria de Ribera Salud y en general de las concesionarias, es mucho más eficiente.
El modelo Muface del que disfrutan 2 millones de funcionarios en España, permite elegir entre la sanidad pública y la privada. Y el 80% de los funcionarios eligen la privada. Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de esto?
Carlos Rodrigo: ¿Por qué están demonizadas? Porque ejemplos de colaboración público-privada, hay muchos desde hace años. Las farmacias es un ejemplo de colaboración público-privada y Muface es otro. Sistemas u organizaciones sanitarias en régimen de concesión las hay, en Andalucía, nunca nadie las ha discutido, por qué nadie pone en cuestión la MútuaTerrassa, que es absolutamente comparable a las concesiones en la Comunidad Valenciana o en la comunidad madrileña.
Probablemente
no hayamos hecho un esfuerzo didáctico suficiente para explicar de qué se trata. Se está hablando continuamente de privatización y no hay privatización, estamos hablando del sistema público, yo y nuestra asociación somos absolutos partidarios y defensores del sistema sanitario público, es decir, con financiación pública, con control, con auditoría, con vigilancia, con directrices por parte de la
Administración Sanitaria, pero con una gestión privada que dota de unas herramientas que hace que los resultados fueran pues los que están obteniendo las concesiones.
Amparo Moya habla sobre la formación y estabilidad de los profesionales.
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Amparo Moya: La demonización del modelo concesional corresponde a un tema completamente ideológico porque, con toda esta movida de la reversión, el tripartito a la larga se ha dado cuenta en el berenjenal que se ha metido, con todos los problemas que ha estado teniendo y que la falta de información, es lo que a veces lleva a tomar unas decisiones que tienen unas consecuencias en términos económicos. Este modelo tiene unas herramientas y unos modelos de gestión, que a veces algunos departamentos públicos también podrían aprender. Sí que es cierto que desde el principio de ponerse en marcha hubo bastantes detractores en un sector concreto y hay un sector de trabajadores ideológicos que no están para nada de acuerdo con el modelo.
Están demonizados, pero por tema ideológico, porque es una asistencia pública pero una gestión privada. Y al paciente le da igual si el gerente es público o privado, o si el profesional le paga la pública o la privada, lo que quiere es llegar y que en una semana o en 30 días si se tiene que operar, le atiendan. Es misión de los gestores y de los políticos separar la ideología de la gestión sanitaria.
El actual Hospital de La Ribera ¿puede garantizar la estabilidad laboral de sus profesionales? ¿se han sustituido los criterios profesionales por los políticos para designar los puestos directivos del centro?
Amparo Moya: El hospital que debe garantizar la estabilidad laboral. La Ribera cuenta con profesionales magníficos, pero es que además, hay compañeros que hemos formado como residentes en hospitales públicos a los trabajadores que están trabajando en las concesiones. O sea, no pueden ser jamás en la vida malos profesionales. ¿Por qué un profesional que por un modelo de gestión, en un momento concreto, por un partido político está 20 años trabajando en un hospital dando calidad asistencial a usuarios del sistema público y ahora después los tenemos que tirar a la calle? ¡Pues no!
"El Hospital debe garantizar la estabilidad laboral de sus trabajadores"
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En cuanto a los puestos directivos, durante muchos años han sido puestos de libre designación independientemente del partido político que hubiese. Nos da la sensación que en estos momentos los puestos directivos y de gestión están un poco más a dedo. En Conselleria hay un periodista contratado en una dirección general de gestión sanitaria, eso todo el mundo nos llevamos las manos a la cabeza con ese tema.
Carlos Rodrigo: El hospital debe garantizar la estabilidad en los puestos de trabajo. No sé si eso será o no factible, pero independientemente del modelo de contrato laboral debe garantizarse la estabilidad del trabajador siempre y cuando este cumpla y se comporte y tenga unos resultados aceptables. Y no solamente cuando es estatutario, porque precisamente se habla mucho de privatización y hay que tener en cuenta que no hay nada más privado en esta vida que la plaza de funcionario, que esa sí que es privada para toda la vida.
En cuanto a si se han sustituido los criterios profesionales por los políticos, pues es que es inevitable, por eso la Administración debe financiar, pero no necesariamente financiador debe ser el gestor porque cuando la Administración está dirigida por un partido o por un mestizaje en el que hay que repartir puestos y demás pues se cae en la tentación de buscar lealtades y afinidades dentro del sector ideológico y no tanto en el sector profesional o carácter técnico, que es como debería de ser para poder gestionar bien un departamento.
Debate sobre por qué se marchan los médicos del Hospital La Ribera tras la reversión.
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José Juan Zaplana: La primera clave es la fuga de cerebros que se está produciendo en el hospital de La Ribera. Si hubiera habido una estabilidad laboral, un buen proceso de reversión o una finalización del contrato, no hubiera habido fuga de profesionales. El segundo punto, es que la Conselleria despidió de manera sectaria a toda la parte de la dirección que tan buenos resultados económicos y asistenciales había tenido durante estos años y ha tenido que readmitir a muchos en algún caso, pero es que nos está costando los bolsillos del valenciano esta decisión más de 300.000 euros en indemnizaciones y abogados. Es todo una chapuza.
Ha habido un sectarismo, es que ha habido una agencia de colocación por parte de la Conselleria donde se ha metido a gente sin curriculum, sin formación y sin preparación para puestos para los que no estaban capacitados. La realidad es que no podemos cambiar a profesionales que conocen la zona, que conocen a sus pacientes y que están viendo cómo se tienen que marchar a otros centros.
Una de las decisiones que vamos a optar si formamos Gobierno en la próxima semana, será crear un estatuto del profesional gestor y crear unas bolsas de gestores para la sanidad pública, es decir, para llevar Recursos Humanos. Una bolsa de especialistas dotarla de profesionales para que venga el partido que venga tenga que tirar de esa bolsa de trabajo donde estén esos profesionales.
Javier Palau: Me asusta un poco la figura en la que han sido metidos prácticamente los 2.000 trabajadores de allí, que se dice que figura como personal fijo a extinguir, lo de a extinguir ya suena... en algún momento, en el momento que se pueda pues se van a extinguir sus plazas. Es una figura laboral que ha sido amplísimamente debatida antes y se sigue debatiendo ahora, es muy compleja porque es la primera vez que de pronto aparece tantísima cantidad de trabajadores laborales que tienen que ser asumidos y tienen que ser subrogados por la propia Administración. No se ha encontrado la figura laboral adecuada, se ha tenido que echar mano de alguna figura laboral de este tipo extraño y, efectivamente, los propios profesionales saben los problemas que han tenido durante todo este tiempo.
"En La Ribera se está produciendo una fuga de cerebros"
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Nunca se había tenido ningún tipo de problema desde el punto de vista laboral en La Ribera y sin embargo este año ha habido las primeras manifestaciones conjuntas por todos los sindicatos con representación. Son trabajadores que estaban acostumbrados a tener un sueldo por encima de la media, porque tienen los incentivos especialmente altos, que durante este año prácticamente no los han cobrado hasta muy al final y tampoco los han cobrado de manera completa, por lo tanto, ha creado una conflictividad laboral importante. Es decir, a la pregunta de si se puede asegurar, es complicado porque se ha metido la Administración en una situación muy compleja desde el punto de vista laboral y desde el punto de vista social.
Respecto al tema de los profesionales de los directivos, cuando llegó el nuevo Gobierno, como también han hecho todos los gobiernos que han venido hasta ahora, todos los gerentes se van a la calle,
vuelven a poner todos los gerentes nuevos. Esto ocurrió y esto se hace porque son motivos más ideológicos de nuevo, es decir, tenemos que volver a colocar a gente que son más afines a nuestras ideas en los puestos directivos. En el caso de La Ribera ya veremos cómo acaba el tema porque se han reclamado los despidos y en todos los juicios el juez ha dado la razón al trabajador y todos ellos tienen ahora mismo el derecho de reincorporarse de nuevo al hospital en el que estaba trabajando en La Ribera. Se va a crear una situación más conflictiva por un tema de la chapucería previa de cómo se había hecho, es decir, van a aparecer allí de nuevo un nuevo director económico, de nuevo un nuevo director de RRHH, quién sabe si cuando se celebre mi propio juicio incluso un nuevo gerente. Me parece que, poca broma con esto porque nos vuelve a costar dinero a todos.
Análisis sobre si es viable jurídicamente que los trabajadores vayan a permanecer en el centro.
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¿Es jurídicamente viable que los actuales trabajadores vayan a permanecer en el centro o habrá una sustitución paulatina obligada por los mecanismos a los que debe supeditarse la Administración?
Javier Palau: El lío, en que desde el punto de vista laboral se ha conformado en La Ribera es importante porque hasta ahora nunca había pasado que casi 1.800 o 2.000 trabajadores fueran subrogados por la propia Administración. Cabe pensar que la Administración va a ser, como siempre, igualitaria y que poco a poco va a tener que sacar las plazas a concurso de alguna manera y que de este modo pues tendrá la gente que está allí concursar. No lo sabemos, pero lo que sí sabemos con seguridad es que la tranquilidad laboral que se estaba viviendo en La Ribera durante todo el periodo concesional se ha trastocado de manera irreversible.
En estos momentos hay varios bandos, gente de los trabajadores sanitarios que ven ahora como que creen que tienen más derecho respecto a los laborales, los laborales que se han quedado en una situación a extinguir, como decía, que no saben muy bien cómo va a acabar. Y
hay un conflicto permanente que va a ser difícil de solucionar.
José Juan Zaplana: El artículo seis de la reversión del modelo de Alzira dice en el punto 6.3: "El personal subrogado desempañará los servicios objeto del contrato en una plaza de naturaleza estatutaria a los exclusivos efectos de organización de la plantilla del departamento y de ordenación de Recursos Humanos sin que ellos significa la adquisición de aquellas propias de la plaza estatutaria".
Esto significa que ocupa el puesto, pero no la plaza. En la Administración esto es muy importante, porque en el decreto de provisión del reglamento de selección de personas estatutaria aprobado por la propia Conselleria el 1 de diciembre de 2017 dice que: “Con independencia de los procesos selectivos con carácter previo se ofertará la provisión todas las plazas básicas vacantes de cada categoría".
"El decreto de reversión está un poco confuso"
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Eso significa que el personal de La Ribera ocupa un puesto pero no una plaza, con lo cual esa plaza está vacante. En el momento en el que otro personal de cualquier otro departamento de salud previo a un
proceso de consolidación de empleo, ya sea por una oposición, concurso de traslados obligatoria, alguien pida una plaza en la La Ribera es muy probable que ese puesto lo tenga que cubrir el que sea funcionario y la persona que ahora mismo lo está ocupando en La Ribera
se vaya a la calle.
Amparo Moya: El decreto de reversión está un poco confuso y entonces lo que ha hecho es crear bastante confusión, agravio comparativo, ansiedad entre los trabajadores y problemas entre ellos. Ese artículo lo que le dice a los estatutarios es que en un momento determinado ellos pueden solicitar una plaza incluso por concurso de traslado y trasladarse a Alzira, que es algo que muchos trabajadores quieren. Pero por otra parte esa plaza está ocupada teóricamente por un laboral y si está indefinido a extinguir pues no se le puede tirar con tanta facilidad porque se están volviendo a reingresar por sentencia judicial. El Gobierno tiene un problema importante.
No tengo tan claro que un laboral, aunque esté ocupando una plaza de estatutario
se le pueda echar así como así con tanta facilidad. Me da la sensación de que el Gobierno cuando sacó este decreto no se dio cuenta del conflicto al que iba a llegar y no pensó que los estatutarios iban a reclamar esos puestos.
Juan José Zaplana: Sí se dieron cuenta pero no quisieron verlo.
Amparo Moya: O se dieron cuenta y no quisieron hacerlo.
Javier Palau: Y si no se dieron cuenta se les avisó desde todos los ámbitos y se les explicó que podía ser muy conflictivo.
Javier Palau, José Juan Zaplana, Amparo Moya y Carlos Rodrigo abordan las concesiones hospitalarias.
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Amparo Moya: Sí. Pero aparte de todo eso es que también el Gobierno hizo este decreto y acordó varias medidas con los laborales, con las mesas sectoriales, pero tampoco lo hizo con el comité de empresa, que hay una parte de laborales que tenía que haber acordado con ellos un convenio también de reversión. Es bastante triste el hecho de que un profesional con 20 años trabajados o menos, o que esté indefinido y que esté dando asistencia, como he dicho antes, te diga: "Mira, nosotros en este momento somos unos apestados, no nos quiere la Conselleria, no nos quieren los sindicatos". Es deprimente y no podemos permitirlo.
Carlos Rodrigo: Se ha explicado suficientemente. Realmente no lo sabemos, es un proceso lleno de incertidumbres, pero es difícilmente evitable el que esas plazas, o bien espontáneamente, o bien a través de sentencias judiciales, salgan a concurso algún día y la gente tendrá que concursar y aquel que no la obtenga pues se tendrá que ir o bien
se le tendrá que indemnizar.
¿Qué se ha hecho en La Ribera para que la lista de espera haya aumentado desde la reversión? ¿Por qué el paciente detecta peor atención si se han hecho más contrataciones de personal?
"El paciente no entiende de gestión directa o indirecta"
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Carlos Rodrigo: Era algo esperable por el cambio de modelo. Las organizaciones necesitan de vectores que hagan de palanca para hacer las cosas de la manera más eficiente. En el modelo concesional esas palancas son fundamentalmente dos, la financiación capitativa y la transferencia de riesgo. Esto hace que hablemos de hospitales casi terciarios con cartera de servicios muy amplia, con unidades de referencia para intentar poder solucionar todas las necesidades de sus pacientes. Si faltando esas palancas además unimos la fuga de profesionales o la sustitución, incluso, de profesionales con experiencia y con conocimiento del departamento y de la zona por otros sin esa experiencia o con mucho menos baraje y sin los mecanismos de incentivación, de auditoría, de revisión que tiene la gestión privada y la rigidez del sistema público no permite, pues tenemos estos resultados.
Amparo Moya: El paciente no entiende de gestión directa o gestión indirecta, lo único que entiende es que llama y le dan una cita, y si esa cita en lugar de ser de 15 días es de dos meses pues entonces la calidad percibida baja. Lo más evidente es cuando hablas con un usuario te dice: "Es que antes de la reversión estábamos mejor, yo ahora llamo y resulta que me dan fecha dentro de tres meses".
Esa es la calidad percibida.
José Juan Zaplana: La gerente del hospital dice que funciona peor tras la reversión, y voy a decir palabras suyas: "Nosotros ahora mismo tenemos el 35,6 por ciento pacientes que esperan más de 30 días y el año pasado había
25 por ciento".
Si esta gestión de recortes de horarios, de recortes asistenciales, de colapsos en las listas de espera, de maquillaje, todo esto lo hubiera hecho la gestión anterior, la Conselleria habría entrado allí con camiones de bomberos. Y resulta que lo están haciendo ellos
y nadie dice nada.
Javier Palau: Estamos hablando de dos modelos de asistencia sanitaria, una que está gestionada de una manera directa por la propia Administración con las herramientas que tiene y un modelo sanitario que se gestiona desde el punto de vista privado. Cuando uno de los datos se encuentra conque la lista de espera de unos departamentos están en 40 días, en 30 días, en 35 días, y los otros están en 70, 80... La manera de gestionar de una empresa privada cuando se dedica a la pública es que puede aplicar incentivos a los profesionales, puede aplicar diferentes horarios, puede aplicar muchas otras cosas que desde el punto de vista de la gestión asistencial en la Administración pública de gestión directa no se puede ocurrir.
La gente que estaba gestionando la reversión desde la propia Conselleria en su momento hubo alguien que nos dijo: “ya sabemos que esto
nos va a costar un 30% más para hacer un 30% menos". A partir de ahí ya sabemos lo que hay.
¿Qué debería de haber aprendido la actual gerencia de la época concesional para cuidar más los centros de Atención Primaria dependientes del departamento de salud de La Ribera?
Conclusiones del debate: 'La Ribera, un año después de la reversión'
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Javier Palau: La Atención Primaria y los profesionales que trabajan en ella son piezas fundamentales y sobre todo en un modelo de integración asistencial como el nuestro.
Se ha perdido una gran oportunidad para analizar un departamento que estaba funcionando muy bien y las decisiones que se han tomado a lo largo de este último año han sido para empeorar la asistencia de La Ribera.
José Juan Zaplana: Durante esta legislatura me han dicho que era el agente comercial de Ribera Salud. Es un tema de convivencia de varios modelos que tenemos en el sistema sanitario público valenciano donde hay que apostar por el servicio sanitario público de manera directa y
en algunos casos de manera indirecta, que puedan conjugar, pero que además que puedan de alguna forma aprender de lo que se está haciendo bien en un modelo para implantarlo en el otro y al revés.
Se ha engañado al personal, se les ha dicho que se les iba a hacer funcionarios, se dijo que iba a ser más económico el cambio de modelo y nos preocupa. La prioridad tiene que estar en el paciente, para eso necesitamos que haya buenos profesionales y esos profesionales tengan una estabilidad laboral.
Amparo Moya: La Administración ha tenido un modelo que debía haber controlado. Sin embargo, sí que hay una cosa que a nosotros nos preocupa que son trabajadores. Tienen que tener unas
condiciones de conciliación y de clima laboral importante.
Carlos Rodrigo: Si Atención Primaria no funciona bien y los profesionales no están incentivados, el resultado de la concesión al final no puede ser bueno y de esto se debería de haber aprendido. Creo que no solo no hay que tocar lo que funciona,
sino copiar lo que funciona. Y desde luego hay que legislar siempre pensando en el paciente.
Debate completo: 'La Ribera, un año después de la reversión'
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