El Hospital General de València ha puesto en marcha la nueva Unidad Funcional de
Linfoma, creada por un equipo interdisciplinar para
optimizar la atención a los pacientes mediante la integración de distintos especialistas y la coordinación ágil de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
La creación de esta unidad constituye un paso decisivo en la
atención integral al paciente con neoplasias linfoproliferativas, es decir, personas que tienen un tipo de cáncer de la sangre donde los linfocitos crecen de forma excesiva y descontrolada, afectando al sistema linfático, la médula ósea y otros órganos. El Hospital General
atiende cada año a una media de entre 500 y 600 pacientes con linfoma, incluyendo aproximadamente 135 nuevos diagnósticos anuales. “Este modelo interdisciplinar, alineado con las guías nacionales, permite tomar decisiones clínicas consensuadas y una atención más rápida y eficiente. Además,
facilita la evaluación de resultados y la mejora continua de la calidad asistencial”, ha explicado la jefa del servicio de Hematología, Josefa Marco.
Un aspecto destacado de esta estructura es el
papel de la enfermera gestora de casos, figura clave que facilita el recorrido hospitalario del paciente, que optimiza los tiempos de respuesta y asegura la continuidad asistencial entre los distintos servicios implicados. Además, la creación de esta unidad supone un
avance estratégico, al consolidar un modelo asistencial basado en la colaboración interdisciplinar, la eficiencia y la mejora continua de la calidad. Los servicios que integran esta unidad son Hematología, Cirugía General y Digestiva, Dermatología, Farmacia Hospitalaria, Medicina Interna, Cardiología, Anatomía Patológica, Radiología, Medicina Nuclear y Oncología Radioterápica.
Novedades en diagnóstico y tratamiento
La Unidad Funcional de Linfomas se ha presentado en el curso ‘Linfomas Hoy: Actualización interdisciplinar del diagnóstico a la terapia personalizada’, una iniciativa formativa que tiene como objetivo profundizar en el conocimiento del diagnóstico y tratamiento de las neoplasias linfoides. Entre los temas que se han abordado destaca la
incorporación de herramientas genéticas y moleculares de última generación en el diagnóstico, así como el papel de las técnicas radiológicas y metabólicas para definir la extensión y respuesta al tratamiento. Asimismo, se han presentado las nuevas estrategias terapéuticas, entre ellas las
terapias dirigidas, inmunoterapia y terapia celular y la importancia de los comités y unidades interdisciplinares como modelo asistencial de referencia, en línea con las recomendaciones del Grupo Español de Linfomas 2024.
Tal y como se ha expuesto la
hematóloga coordinadora de esta unidad, María José Llis, “en los últimos años el diagnóstico y tratamiento de los linfomas han experimentado
una transformación profunda, impulsada por los avances en biología molecular y genética, que permiten caracterizar mejor cada tipo de linfoma y seleccionar terapias más específicas”. A ello se suma el desarrollo de inmunoterapias y terapias celulares, que han cambiado el paradigma terapéutico. Estos progresos han hecho
imprescindible el trabajo coordinado de distintos especialistas para ofrecer una atención verdaderamente personalizada.
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