La
consulta médica es un espacio de
detección de la violencia de género muy útil para
poner fin a una situación cuyas consecuencias pueden ser
trágicas para la
víctima. Así lo han demostrado Ana Montesinos,
investigadora principal de la Universidad de Valencia, y Ángela Escribano,
investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe, en su investigación
Violencia de género y sanidad, en el que detectaron
117 casos de
violencia de género en el plazo de
un año y nueve meses solo en el
Hospital La Fe.
De las 117 víctimas,
una cuarta parte no interpuso denuncia contra su agresor a pesar del informe de violencia de género del hospital. "
No podemos obligar a un paciente a medicarse y tampoco a denunciar el maltrato. La violencia de género
es una enfermedad social y en muchas ocasiones las víctimas están asustadas y no cuentan con el apoyo familiar necesario", cuenta a
Redacción Médica Escribano.
Ella ha experimentado cómo hay veces que
el agresor espera a su víctima a la salida del hospital, por lo que la presión de la misma es altísima. "Nos dicen que
no quieren denunciar, que
no quieren que su pareja vaya a la cárcel, que es algo
puntual o cuentan que todo ha sido un
accidente maquillando la realidad", explica la investigadora.
La consulta médica como lugar de detección
Escribano también destaca la importancia del papel preventivo de los centros de Salud: "El ámbito sanitario es un
espacio privilegiado para poder acercarnos a las pacientes que pueden sufrir una situación de maltrato. Sin embargo, si llegan al hospital víctimas de maltrato significa que las medidas de prevención
no han funcionado en la sociedad. Aún así, si se detecta y se aborda esta situación, podríamos llegar a
evitar futuros episodios de maltrato, que en algunas situaciones tiene consecuencias irreparables".
Según los datos que recoge el propio estudio, en
un 61 por ciento de los casos de violencia de género detectados en el Hospital La Fe se inició un
procedimiento judicial. De los 72 víctimas, solo un
32 por ciento terminó el juicio
sin condena.
La investigadora de La Fe ha destacado también el papel de Carmen Montón,
consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana en la concieciación sanitaria sobrer violencia de género: "Con su llegada al Ejecutivo ha habido un
cambio de 360 grados, siendo esta detección una prioridad como así demuestran los datos aportado por la propia Consejería".
El secreto profesional no protege al médico
El estudio hace hincapié en la falsedad de la premisa de que el
secreto profesional permite a los médicos obviar los casos de violencia de género que detecta en consulta. "Diferentes textos legales (y códigos deontológicos) prevén supuestos en los que el médico o personal sanitario no sólo
no está obligado a guardar secreto, sino que debe comunicar determinados datos del paciente,
cediendo así la intimidad frente al interés público o la salud de terceros. Por lo que respecta a los procesos por violencia de género, el
artículo 262 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal impone al profesional la
obligación de denunciar cualquier delito del que se tenga conocimiento".
La autora se muestra particularmente preocupada por el incremento de los casos de violencia de género entre la población joven: "En los últimos nueve años
se han triplicado las víctimas adolescentes". Por ello, insiste en la necesidad de "
prevenir" y "atacar el problema de raiz que es el
machismo.Los hombres tienen un papel fundamental para erradicar esta lacra".
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