El 3 de septiembre de 2015, Joaquín Sanchís tomaba el relevo a Rafael Arce como gerente del Hospital Provincial de Castellón. Sustituía así a un compañero que el pasado mes de junio reconoció haber recibido amenazas de muerte por intentar “desmontar el chiringuito”. Se refería a la presunta trama de corrupción que asola el centro y que, por el momento, podría tener su principal ejemplo en los 25 millones de euros sin justificar que se han hallado en su facturación. Un tentáculo más de la manida Gürtel, que en esta ocasión afecta directamente a la sanidad valenciana, tristemente focalizada en este centro dependiente de la Diputación de Castellón.
¿Cómo valora que la Consejería vaya a controlar el hospital y además vaya a invertir 19 millones de euros tras absorber una deuda de 30?
Funcionalmente nosotros ya pertenecemos a la Consejería, pero es cierto que orgánicamente no. La decisión que han tomado me da tranquilidad porque asegura la viabilidad el hospital y, por supuesto, cualquier inversión es bienvenida.
¿No se ha invertido mucho en los últimos años?
En los últimos cuatro años, poco o nada.
¿Era este su mayor problema?
El principal problema es que no hemos trabajado nunca con las necesidades de la Consejería, que es quien tiene las competencias, no la Diputación. Hemos estado yendo por libre.
¿Temió por el cierre?
Resulta que enfrente tenemos las instalaciones de Canal 9, y nadie en la comunidad pensaba que una televisión autonómica pudiera cerrar, y cerró. Con eso se puede hacer una idea de lo que me ha llegado a pasar por la cabeza.
Este hospital se vendió como un hito de la sanidad valenciana, ¿ha sido para tanto?
Aquí se vendió mucho marketing, y eso que hemos mejorado en muchos aspectos a lo largo de los años, pero es cierto que en muchas cosas exageraron. Recuerdo que cuando los trabajadores leíamos aquellos titulares, como que íbamos a ser un referente mundial, ya no lo creímos.
¿Cómo han llegado a destapar un presunto agujero injustificado de 25 millones de euros?
Poco a poco fuimos descubriendo expedientes que no nos cuadraban. Profundizamos y vimos que tenían irregularidades, por lo que nos pusimos en contacto con la Consejería, con quien elaboramos un trabajo que entregamos a Anticorrupción.
¿Puede ponerme un ejemplo de estas irregularidades?
Nos encontrábamos un expediente de contratación que tenía asignada, por ejemplo, una partida de 300.000 euros pero luego veíamos que los pagos eran de 500.000 y encima no había factura por ningún lado.
Su antecesor, Rafael Arce, afirma haber recibido amenazas cuando quiso denunciar estas prácticas. ¿Le cree?
Si él lo dice, yo me lo creo sin dudar. También tengo que decir que a mí nadie me ha presionado.
¿Cómo valora la actitud del Partido Popular desde la Diputación?
Nos han pedido las facturas, pero ocurre que si las hemos entregado a Anticorrupción, no se les pueden dar a ellos. Da la sensación de que están intentando averiguarlo por su parte.
¿Considera que están complicando la investigación?
No me atrevo a decirlo. Ellos defienden otra tesis.
¿Usted apoya la tesis de los populares o la de la Consejería?
Estoy más cerca de la Consejería, sí.
¿Cómo está afectando este caso a los trabajadores?
Claramente en negativo. La gente aquí viene a trabajar para diagnosticar y curar personas pero esto se ha convertido en un tema diario, ya sea en reuniones sindicales o tomando café en la cafetería del hospital.
¿Y los pacientes como lo viven?, ¿les dicen algo?
Están perplejos. Este hospital genera un cariño especial en la población porque está en el centro de la ciudad y es el más antiguo, además creo que siempre hemos tratado con más humanidad de lo habitual a los pacientes. Así que no entienden nada de lo que está pasando.
Para que haya una posible corruptela en el centro, y además durante tantos años, alguien habrá tenido que colaborar desde dentro. ¿Es esto así?, ¿tienen sospechas sobre alguien?
Hay de todo, presuntos corruptos que ya no están y otros que sí siguen aquí. Eso lo dejo en manos de la investigación y de la Justicia.
¿Se han dado casos de problemas entre empleados por esta cuestión?
Yo no los he detectado, aunque sí hay malestar. Creo que estas cosas se llevan en la intimidad.
¿Qué futuro vislumbra ahora el hospital?
Hay una tendencia imparable hacia la normalización y el fin definitivo de estas prácticas. Se ha diseñado un plan funcional porque este hospital trabajaba sin una población asignada. A partir de ahora, servicios como Oncología, Medicina Nuclear o Radioterapia serán referentes en la provincia; además de otros servicios como Rayos, laboratorios, Anatomía Patológica… Para el resto de especialidades, vamos a trabajar conjuntamente con el Hospital General, coordinando la asistencia sanitaria del Departamento II de Salud.
¿Qué tratamiento le pondría usted a este ‘enfermo’ para que no vuelva a padecer estas dolencias?
Parece claro que hace falta transparencia y control; los hospitales han de estar intervenidos por la Administración para controlar su gestión y así no volver a caer en esto.
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