Investigadores del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja, CIBIR, han completado con éxito un modelo experimental para el tratamiento inmediato de lesiones oculares a través del empleo de la hipotermia. El proyecto, ya concluido, se inicio en el año 2015, se ha desarrollado con la financiación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos y la colaboración de las universidades San Pablo-CEU y la de Buenos Aires.
En la presentación de los resultados de esta investigación ha participado la consejera de Salud, María Martín, junto con el investigador principal de la Unidad de Biomarcadores y Señalización Molecular del CIBIR, Ignacio Larráyoz.
En su intervención, María Martín ha ensalzado el trabajo desarrollado por el equipo del CIBIR, coordinado por el investigador Alfredo Martínez, a lo largo de estos últimos años y ha indicado que “se trata de un proyecto cuyo desarrollo puede tener infinidad de aplicaciones prácticas”. Para Martín este trabajo “es un paso más en la generación de innovación que se desarrolla en la investigación biomédica riojana” y en la apuesta del CIBIR por “enfocar la investigación hacia cuestiones que aporten mejoras en la salud y calidad de vida a los usuarios”.
Igualmente, la consejera, ha indicado que el objetivo principal de este proyecto, “con independencia de sus futuras aplicaciones”, está dirigido “a ofrecer una solución para dar atención emergente a miles de personas, militares o no, que viven en situaciones de conflicto”.
Por su parte, Larráyoz ha destacado que se trata de un método “eficaz y económico”, cuyo desarrollo puede ser muy útil para el tratamiento de este tipo de lesiones en accidentes o en situaciones de riesgo. Según ha explicado “ha quedado demostrado que disponemos, a nivel experimental, de un tratamiento eficaz para minimizar o retrasar el daño producido en lesiones oculares”. “La causa más común de pérdida visual por accidente es lesión de la retina” ha añadido.
El desarrollo del proyecto se ha baso en la aplicación de hipotermia, es decir, inducir frío a niveles de congelación, como tratamiento para reducir el daño ocular producido sobre un modelo experimental de retinopatía isquémica proliferativa inducida por asfixia perinatal severa.
Los resultados obtenidos, explica Martinez, “han concluido que la hipotermia aplicada poco después de la lesión ocular puede constituir un tratamiento innovador, para detener o retrasar las cascadas moleculares que conducen a la pérdida visual”.
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