Redacción. Logroño
La consejera de Salud, María Martín, acompañada por el director del Área de Salud, Juan Ramón Rábade, y por el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital San Pedro, Luis Alonso, han informado sobre el dispositivo ‘Código Infarto’ puesto en marcha en La Rioja a mediados de julio de 2014.
En concreto, desde su puesta en marcha han recibido asistencia mediante este sistema de atención al Infarto Agudo de Miocardio (con elevación del ST) un total de 201 pacientes
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En este tiempo se constata la disminución de la mortalidad por esta patología. La mortalidad global hospitalaria de los pacientes atendidos en el programa de ‘Código Infarto’ hasta la actualidad se ha situado en un 5 por ciento, incluyendo el Shock Cardiogénico. Esta cifra es similar a los resultados obtenidos en los programas de otras comunidades autónomas, cuya mortalidad se mueve entre el 5 -7 por ciento. Cuando el tratamiento se realiza con fármacos fibrinolíticos, la mortalidad por infarto agudo de miocardio es de aproximadamente del 8,5 por ciento.
Hay que destacar que el descenso de la mortalidad no es el único beneficio, además, este tratamiento permite que la cicatriz o el daño provocado por el infarto sea mucho menor y los pacientes son dados de alta en una mejor situación funcional (en muchos pacientes, incluso sin secuelas), permitiendo, en la mayoría de los casos, llevar una vida normal, activa, y con capacidad de conseguir una integración laboral y personal completas.
El tiempo de acceso a la Angioplastia Urgente-Primaria en La Rioja está dentro de lo recomendado por las guías de la práctica clínica (media de tiempo desde el primer contacto médico a la apertura de la coronaria es de 87 minutos).
Este programa de atención integral al infarto agudo de miocardio ha supuesto un cambio muy significativo en el tratamiento del infarto en La Rioja. La entrada en funcionamiento del Código Infarto, el sistema de emergencia extrahospitalaria, y las distancias cortas en la comunidad, han permitido que la angioplastia urgente-primaria haya sido la terapia utilizada en el 99 por ciento de los pacientes con infarto, realizándose tratamiento fibrinolítico a solamente el 1 por ciento de los pacientes.