La conformación definitiva de la coalición para gobernar Euskadi está cada vez más cerca. Las bases del P
artido Nacionalista Vasco (PNV) y del
Partido Socialista de Euskadi (PSE) han rubricado el acuerdo programático que permitirá alcanzar a
Imanol Pradales la presidencia del Gobierno. La militancia ha aprobado con una mayoría casi unánime las líneas generales del pacto, en el que se esboza una primera idea sobre cómo será la gestión de la sanidad, cuyo principal objetivo será garantizar una asistencia
“pública, universal, dimensionada y de máxima calidad”.
La consulta lanzada a la militancia socialista se ha resuelto con un
96,18 por ciento de los votos a favor, un 2,91 por ciento de rechazos y un 0,91 por ciento de votos en blanco. El resultado ha demostrado la voluntad de las bases de la formación que lidera
Eneko Andueza de volver a integrar el gobierno en calidad de la formación minoritaria. Apenas un centenar de militantes ha mostrado su desacuerdo con la estrategia de la dirección del partido.
En el caso de los peneuvistas, el resultado de la deliberación se ha resuelto en la
Asamblea Nacional que se reunió a lo largo de la tarde de ayer en Sabin Etxea. El acuerdo de gobierno pactado con los socialistas se aprobó por
“unanimidad”, lo que permite seguir avanzando en la hoja de ruta prevista. Con estos mimbres, el PNV tiene garantizado el resultado a favor en la votación de investidura que se celebrará este 20 de junio.
Aunque el desarrollo de los contenidos y el nombre de los integrantes de las carteras no se dará a conocer hasta pasada la votación en el Parlamento Vasco, el paso delante de la militancia sí que permite afianzar algunas de las
políticas en materia sanitaria que se desplegarán en la próxima legislatura. Entre los grandes objetivos se encuentra la de reforzar la sanidad pública para convertir a Osakidetza en una “referencia europea”.
Transferencias sanitarias al País Vasco
Además, también se han acordado algunos asuntos más generales que pueden terminar incidiendo sobre el futuro de la sanidad como la negociación de un nuevo
Estatuto de Euskadi en el que se recogerán las competencias y la legalidad vigente en la comunidad autónoma. El objetivo, en todo caso, es que este documento sea el resultado de una negociación, acuerdo y
“máximo consenso” entre las fuerzas políticas.
Además, tras la consecución de algunas cesiones como
la competencia propia para la homologación de los títulos universitarios extracomunitarios de los médicos, los dos partidos han acordado seguir trabajando para lograr nuevas transferencias por parte del Estado, algo que puede incidir en materias pendientes en el ámbito sanitario como la gestión del MIR. Tanto PNV como PSE han manifestado su intención de defender
el “autogobierno”.
Favorecer el aumento del
uso del euskera en todos los ámbitos de la vida o impulsar un nuevo modelo de cuidados que tenga una “perspectiva integral y coordinada” para no dejar a nadie atrás son otras de las medidas que pueden tener una incidencia también sobre el día a día de la gestión sanitaria. Queda por ver cómo se trasladan finalmente a un acuerdo de investidura más extenso y detallado. Mientras que la gran incógnita sigue siendo
quién encabezará la Consejería de Sanidad de Euskadi para materializar todos estos avances.
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