El rumbo de la sanidad vasca ha trazado su primer esbozo con el resultado de
la noche electoral en Euskadi. Los comicios han situado al
PNV como la primera fuerza política de la comunidad autónoma y han abierto la puerta a una mayoría absoluta junto a los votos del
PSE, lo que dejaría relegado a
EH Bildu del tablero, pese al histórico resultado que le ha catapultado a un empate técnico en la cabeza. Aunque los flecos de un potencial pacto no se conocerán hasta que se suscriba el acuerdo de gobierno, los programas electorales de las dos formaciones ya permiten imaginar
el futuro de una Osakidetza liderada por nacionalistas y socialistas los próximos cuatro años. Las inversiones en
infraestructuras sanitarias, los sueldos de los médicos o
la reforma de Atención Primaria se antojan como hitos fundamentales si finalmente se cumple con las promesas lanzadas durante la campaña electoral.
Imanol Pradales llegó a los comicios con una hoja de ruta muy definida en materia sanitaria de un PNV que conoce de primera mano la gestión de la Consejería de Salud que han dirigido en el último ciclo político. Entre sus grandes reclamos electorales figura una inversión de
1.000 millones de euros para renovar los equipamientos e infraestructuras de la salud, así como el compromiso de abrir
nuevos centros para atender específicamente a los pacientes crónicos. “Este centro contaría con un equipo multidisciplinar que se centre en la rehabilitación, los cuidados paliativos y la gestión de condiciones y enfermedades crónicas”, reza su programa.
Además, la
Atención Primaria se antoja como uno de los retos fundamentales con el compromiso de reducir los plazos para las
consultas médicas a un máximo de 48 horas y varios estímulos económicos para tratar de retener el talento en el primer nivel asistencial. Los
incrementos de sueldo, la flexibilidad laboral o la disminución de la sobrecarga de trabajo para médicos y enfermeros son algunos de los anuncios más rompedores para tratar de cautivar a este sector de la sanidad.
A la lista de propuestas se suma un viraje de Osakidetza hacia nuevas fórmulas prevención en salud pública, la priorización del trabajo en salud mental, la revisión de los
Puntos de Atención Continuada, los planes formativos para profesionales, una mayor participación activa de los pacientes o la mejora de los programas ginecológicos. “Contamos con un excelente servicio público de salud que hemos ido construyendo a lo largo de casi 40 años.
Un sistema que debemos y deberemos seguir mejorando, porque las situaciones y las necesidades son cambiantes”, anunciaron en su hoja de ruta.
En el plano laboral también se prevén varias reformas a medio plazo. La creación de
la figura del administrativo sanitario, la renovación de las
Ofertas Públicas de Empleo (OPE), el aumento de las plazas disponibles para estudiar Medicina o los nuevos recursos para que los profesionales puedan hacer uso de la investigación son algunos de los puntos fuertes que también contempla la propuesta nacionalista.
El peso socialista en la legislatura sanitaria
Aunque el hipotético reparto de carteras todavía se presupone como algo de futuro, es de esperar que el PNV reclame Sanidad, una de las consejerías que lleva aparejada más inversión por parte de las comunidades autónomas y que en la pasada legislatura ya quedó en manos de
Goztone Sagardui. Aunque queda ver la fuerza que tiene el PSOE para hacer valer sus
12 diputados en la negociación y su capacidad para materializar sus propias propuestas.
El programa de Eneko Andueza también contemplaba importantes hitos sanitarios que ahora cobran un mayor protagonismo. Sin duda, el más llamativo es el
aumento de la plantilla estructural de Osakidetza con 2.000 nuevas plazas que acabarían con el “infradimensionamiento” del Servicio de Salud. “Esto permitirá, no solamente dar respuesta a las necesidades estructurales que actualmente están cubiertas por profesionales temporales, sino abordar nuevos programas y nuevos proyectos estratégicos”, enfatizaron los socialistas.
El PSE también centró buena parte de su programa en el análisis de soluciones a la situación de la Atención Primaria con propuestas como un
aumento específico de las OPE en este nivel asistencial, un plan para abordar las plazas de difícil cobertura o una reforma de los
turnos de mañanas y tardes para facilitar la conciliación. Mientras que también ofreció nuevas alternativas para otros sectores como la integración de las farmacias como “agentes de salud” que ayuden a la adherencia del tratamiento.
Con todas estas piezas sobre la mesa, ahora solo queda ver si finalmente Pradales y Andueza suscriben un nuevo acuerdo de gobierno. Y, en tal caso, cuántas de todas estas propuestas sanitarias acaban plasmándose sobre el papel y dejan de ser promesas de campaña para convertirse en
la hoja de ruta de Osakidetza.
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