La sanidad, tras el secuestro de un bebé en Basurto: "No somos guardianes"

Una mujer de 24 años ha sido detenida en Bilbao por secuestrar a un bebé recién nacido en el Hospital de Basurto. Un hecho que no ha pasado desapercibido entre los profesionales sanitarios por lo llamativo del caso. Un asunto que, bien es cierto, ha provocado diversas opiniones entre los empleados de la salud en Osakidetza.

Así, desde el sindicato de Enfermería Satse, han evitado caer en el alarmismo. Su portavoz en el País Vasco, Amaia Mayor, sostiene que “los profesionales del centro sanitario están a hacer su trabajo”. “Se centran en el protocolo de seguridad del paciente, que tiene que ver con los protocolos empleados para la atención de los hijos y madres”, explica.

Sobre la necesidad de redoblar la seguridad con más guardias, sostiene que esta es una cuestión que debe valorar la Dirección del centro o el propio Departamento de Salud, no los profesionales sanitarios. No obstante, sí que asegura que “cualquier medida encaminada a mejorar la seguridad nos parece adecuada”.

Mayor recuerda que en año 2020, el Departamento de Salud actualizó la Estrategia de Seguridad del Paciente tras suceder hechos similares, ya que en 2014 una mujer de 36 años intentó secuestrar a un bebé de la planta de neonatos del Hospital Donostia bajo la excusa de que iban a realizarle la prueba del talón. Dos años antes ocurrió otro caso similar en el mismo centro.

“El protocolo es claro y establece que al menos uno de los progenitores o tutor legal debe estar siempre presente, incluso cuando al niño se le realicen pruebas o intervenciones, en tanto en cuanto sea posible” con el objetivo de evitar que se produzcan nuevos casos. En este sentido, subraya que “el profesional sanitario no está para identificar a la gente que entra o sale y hacer de guardián”. Además, “la persona que ha hecho esto ha buscado la manera, habiéndolo intentado en varias ocasiones hasta conseguirlo”, indica. “De hecho, se llegó a vestir de personal sanitario, y encima con la mascarilla es más difícil identificar a la gente”, ha detallado.

"Al menos uno de los progenitores o tutor legal debe estar siempre presente con el recién nacido"

Asimismo, Mayor argumenta que “en una planta, en un centro hospitalario, hay un montón de habitaciones, y el personal sanitario no puede estar siempre de guardia en la puerta porque está atendiendo a otros pacientes que lo necesitan”.

"Brechas" en el control de acceso y salidas del centro

Mientras, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado la "deficiente" seguridad en los centros sanitarios que provoca "importantes brechas" en el control de acceso y salidas y que, a su vez, complica evitar casos como el del reciente secuestro de un bebé en Basurto.

CSIF entiende que "los protocolos establecidos no se cumplen en muchos casos por la falta de personal y recursos tecnológicos". En este sentido, la organización considera que los hospitales y centros de asistencia sanitaria deberían tener medidas de seguridad eficaces en más áreas de las existentes (principalmente donde haya pacientes), como pueden ser la instalación de sistemas de control de huellas y tarjetas identificativas para el acceso.

Por eso, ha pedido que se refuercen las plantillas con profesionales de servicios de seguridad que vigilen e impidan actitudes sospechosas. "No es habitual el robo de un bebé en un centro, pero tampoco debería serlo que una persona vestida con uniforme médico pueda salir del mismo con un bebé en sus brazos", según argumentan desde el sindicato. Además, recuerda que ha exigido en numerosas ocasiones "un mayor control en la libre circulación de los centros de personas no identificadas, especialmente en ciertas unidades de hospitalización, que eviten agresiones a los profesionales o posibles sucesos trágicos".

Desde el Sindicato Médico de Euskadi, consultado por este diario, han preferido no valorar el caso al considerar que “está fuera" de su "ámbito de actuación", que no es otro que "laboral”, y al desconocer “los pormenores del caso”.