La compra pública sanitaria "debe añadir criterios medioambientales"

El cambio climático es un problema para la salud de las personas, lo que se traduce de manera irremediable en un impacto que los sistemas de salud deben asumir y gestionar. Por eso, con el paso de los años, cada vez más personas sufrirán patologías relacionadas con esta circunstancia, lo que se traducirá en un aumento prolongado y estable en el tiempo de la presión asistencial.

Lo cierto es que el sector de la sanidad tiene parte de la culpa en el cambio climático, porque si fuera un país, sería el quinto emisor de gases de efecto invernadero de todo el planeta. Así lo ha asegurado Elisa Gómez, directora Económico-Financiera de la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Ezkerraldea Enkarterri Cruces, durante la celebración de la última Jornada de Organización Sanitaria Innovadora, que precisamente ha tenido como protagonista a la citada OSI, y que está organizada por Redacción Médica junto a la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) con el patrocinio de Boehringer Ingelheim y la colaboración de Air Liquide Healthcare.

Según ha revelado Gómez durante su intervención, el sector de la salud contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero. Por un lado, con emisiones directas que suponen el 17 por ciento de la huella mundial del sector. Por otro lado, con emisiones indirectas provenientes de fuentes de energía a proveedores y que representan un 12 por ciento. El 71 por ciento restante proviene de los vertidos de gas que se producen en las cadenas de suministro.

Para hacer frente a este desafío, la organización sanitaria de Cruces apuesta por la Economía Circular a través de un Plan Estratégico que se apoya en valores como la sostenibilidad, transparencia, evaluaciones económicas, innovación, y la gestión medioambiental. Este es un plan en el que han partido directamente más de 70 profesionales de diferentes categorías, y que ha permitido localizar oportunidades para la reducción del impacto ambiental de la OSI en el ejercicio de su actividad.

El impacto medioambiental del sector de la salud, a debate.

Algunas de las medidas que se han llevado a cabo pasan por la sustitución del gas anestésico N20 por alternativas menos contaminantes. Por ejemplo, propone, sería correcto donar equipos en desuso a ONG o labores formativas, la monitorización del rendimiento de equipos de alta tecnología, el reciclaje de mascarillas (dándoles una segunda vida como biocombustible y granza) o alcanzando las emisiones cero en los quirófanos del Hospital de Cruces.

Además, Gómez ha explicado que desde la OSI de Cruces se han incluido en los criterios de adjudicación para la contratación pública elementos como la "perspectiva de la descarbonización", valorando positivamente que los proveedores o adjudicatarios fomenten cuestiones como el uso de energías renovables. También se han reforzado aspectos como "la compra basada en valor".

En la actualidad, la organización viene desarrollando procesos de optimización de rutas de transporte de materiales necesarios en la asistencia sanitaria, y se fomenta el uso de flotas de vehículos eléctricos o híbridos. El Plan Estratégico de Economía Circular de la OSI de Cruces también contempla el contrato de suministros eléctricos de energía que provengan al cien por cien de fuentes renovables. Otra idea que se ha fomentado en el hospital es el "ecodiseño" para conseguir una "máxima eficiencia".

Por último, y gracias a todas estas medidas, la OSI de Cruces ha transformado su manera de trabajar, de tal manera que, en estos momentos, se priorizan elementos como el "ecodiseño del modelo de prestación de asistencia sanitaria, la descarbonización de la cadena de suministros y la evaluación del alcance de la propia estrategia" a la hora de contratar servicios. Por último, Gómez ha destacado que los resultados y proyectos se comparten con agentes externos para "dar ejemplo" en estas cuestiones.