Cada vez queda menos para que llegue el día en el que se decidirá el futuro de la representación de los trabajadores de Osakidetza en la mesa sectorial. Concretamente,
el 28 de noviembre tendrán lugar unas elecciones sindicales que llevan más de diez años sin celebrarse.
Muy consciente de ello es
Patxi Nicolau,
responsable de Sanidad de ESK, un sindicato que buscará formar parte de dicha mesa de negociación, ya que actualmente no la conforman. Aun así, ha destacado a
Redacción Médica la labor de su sindicato, "que ha dirigido las políticas de Osakidetza con claridad".
Hace una semana, decidieron no seguir participando en el
Pacto Vasco por la Salud al "no aprobar el diagnóstico final" del Ejecutivo autonómico. Sin embargo, Nicolau ha hecho hincapié en que eso no quiere decir que no tengan en mente numerosas propuestas. De hecho,
las tres medidas más urgentes que se deben abordar, según ESK, son el cambio organizativo en OSIs, la agilización de OPEs y la paralización de proyectos privatizadores.
¿Fue positiva para ustedes la noticia de la convocatoria de elecciones sindicales de Osakidetza?
Bueno, más que positiva, era más necesaria que nunca. Hay que recordar que llevamos más de 10 años sin realizar elecciones sindicales en la mayor empresa pública del País Vasco, que es Osakidetza. Entonces, no es que fuese una buena noticia, era imprescindible haber llevado adelante la renovación de la representación de las plantillas mucho antes. La representación estaba caduca y, desde el punto de vista de ESK, carecía de la legalidad suficiente como para poder impulsar medidas de negociación reales y efectivas.
¿Cuál creen que es la situación del sistema sanitario público vasco?
Nos enfrentamos a unas elecciones con una Osakidetza en estado crítico. Entendemos que todo lo que se está realizando por parte del Gobierno vasco y el Departamento de Salud, dirigido por el Partido Nacionalista Vasco, ha significado un desmantelamiento total de nuestra Atención Primaria y una jerarquización que no responde a las necesidades reales de la sociedad vasca actual.
"Estas elecciones van a significar un nuevo reequilibrio de poder en Osakidetza"
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Creemos que fruto de esa falta de legitimidad democrática o de esa de elecciones sindicales, nos encontramos en Osakidetza unas direcciones de nuestros centros de salud y hospitales autoritarias, jerárquicas, que se niegan al diálogo y a la negociación con la parte social. Para mejorar la prestación de la asistencia que damos a la ciudadanía, estas elecciones sindicales son imprescindibles porque también van a significar un nuevo reequilibrio de poder, una nueva correlación de fuerzas para intentar conseguir arrancar a Osakidetza las medidas que debe implantar, no solo para mejorar los derechos de la plantilla, sino para mejorar esa asistencia que la ciudadanía se merece.
¿Qué les llevó a abandonar la mesa del Pacto Vasco por la Salud?
Nosotros entendíamos desde el principio que la puesta en marcha de este pacto sanitario no fue realizada por una mera autocrítica o de buenas intenciones por parte de la dirección de Osakidetza, sino que fue obligado. El PNV se vio obligado a poner en marcha estas medidas por la movilización de la ciudadanía. Durante los últimos años, plataformas de defensa de la ciudadanía, de la salud, movimientos de pensionistas o plataformas de trabajadores han impulsado movilizaciones para cuestionar este modelo organizativo.
Al PNV le pasó factura en las últimas elecciones. Hay que recordar que, a pesar de mantener el gobierno, lo mantiene con un empate táctico a escaños con la oposición. Y eso ha supuesto la necesidad o el miedo a perder cuotas de poder.
Por otro lado, independientemente de eso, ESK decidió solicitar su participación en el pacto, porque independientemente del análisis que hacíamos, creemos que es fundamental el poder participar en mesas de trabajo reales, en el intercambio de conocimientos y propuestas para intentar llevar adelante esa reforma radical que impulsamos nosotros en ESK.
Aun así, nos encontramos con una metodología y con un pacto en el que si no estás en absoluto de acuerdo con el modelo o con el documento que se lleva adelante, te ves obligado a abandonarlo porque no te dejan continuar en él. En este momento, en la fase de diagnóstico, nosotros consideramos que hay unas grandes diferencias de calado por parte de ESK con el documento final que ha llevado adelante el Departamento de Salud. Creemos que en ese diagnóstico no se asume la responsabilidad, no se hace una crítica de que el modelo organizativo enfocado en las Organizaciones Sanitarias Integradas (OSI) ha significado la muerte de nuestra Atención Primaria.
No se asume y no se hace un diagnóstico real de que el sistema de privatizaciones que se ha llevado adelante en Osakidetza ha supuesto la situación caótica de nuestras emergencias. Por ejemplo, hay que destacar la situación de que La Pau va a abandonar la atención sanitaria urgente y la respuesta del Gobierno es volver a subcontratar. No se asume que esas políticas privatizadoras, que también se llevan en otros ámbitos, como la atención médica urgente en domicilios, son las causantes de esta situación tan lamentable.
Por ello, si no se diagnostica bien un problema, no se van a poder implementar las medidas que realmente se necesitan. Al decir o avalamos 100 por ciento el documento o nos vamos, nos hemos visto forzados a abandonar.
¿Qué medidas se deberían llevar a cabo en Osakidetza?
El hecho de que nos viéramos obligados a abandonar la mesa no significa que ESK no fuera a trabajar con propuestas. De hecho, hemos creado un documento llamado ‘La Osakidetza que necesitamos”, en el que, a través de nueve ejes, elaboramos 81 propuestas. Pero sí que es cierto que como medidas imprescindibles que ponemos encima de la mesa para hacer de manera inmediata, está, por una parte, el cambiar ese modelo organizativo centrado en el hospital y en direcciones hospitalarias y centrarlo en las zonas básicas de salud. Volver de nuevo a la Osakidetza que se empezó a trabajar a finales de la década del siglo pasado.
En aquel momento, se establecía un modelo de Atención Primaria, un modelo basado en el barrio y en los centros de salud, que priorizaba y pilotaba en planes de prevención de la enfermedad y de promoción de la salud. Hay que darle la dirección al ámbito comunitario.
"Es imprescindible llevar adelante la paralización de todos aquellos proyectos privatizadores que se tienen en marcha"
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Otra segunda medida que es imprescindible llevar adelante es la paralización de todos aquellos proyectos privatizadores que se tienen en marcha y el inicio de reversión de los que ya están en ello. La atención emergente, a través de las urgencias de UVI Móviles, está en un 90 por ciento en manos privadas en Osakidetza. De hecho, ese abandono de una de las empresas que atiende en Vizcaya y Álava para el próximo 30 de noviembre podría haber sido el inicio para que esa reversión a lo público se llevase adelante. Subrogando a los trabajadores que prestan sus servicios actualmente por parte de Osakidetza e implantando un modelo de gestión pública. No ha sido así, han decidido volver a sacar la licitación.
Una tercera medida de ESK es la mejora radical de los procesos selectivos. Las plantillas se ven maltratadas constantemente con OPEs que no tienen ningún final para poder dar estabilización a las plantillas. Hay procesos selectivos de traslados que se alargan innecesariamente en los plazos, de manera que a lo que nos enfrentamos es a plantillas que carecen de estabilidad, que tienen una precaución constante y una inseguridad de no saber dónde van a estar trabajando mañana.
Nosotras, lo que solicitamos inmediatamente, es que se implanten medidas de ofertas públicas de empleo que realmente aumenten la tasa de personal estructural. Que la sustitución de un índice de eventualidad de Osakidetza baje del 8 por ciento, es decir, los índices recomendados en Europa, porque entendemos que en la atención sanitaria a la población, una de las bases es la longitudinalidad, es decir, que siempre esté el mismo equipo. Y que todos aquellos procesos selectivos, traslados o comisiones de servicio se resuelvan en menos de un año. Las tres medidas son imprescindibles para implementar un cambio importante en la política de sanidad de este país.
¿Consideran que son buenas las condiciones que se les ofrecen en el País Vasco a los residentes que han terminado su formación?
Entendemos que es una oferta interesante, creemos que son un camino importante y, además, que pueden servir para fomentar la fidelización de las personas que tienen su formación aquí. Consideramos que el formar a profesionales sanitarios, no solo médicos, también de Enfermería u otros grupos profesionales supone, en el buen sentido, un gasto tanto para la organización, es decir, para Osakidetza, y para las personas, porque aportan mucho de su tiempo para poder formarse dentro de un espacio determinado.
Cuando se acaba esa formación, entendemos que hay que intentar, para el bien de la organización y de la propia persona, estabilizarlos y dejarles optar a poder trabajar en el espacio donde se han formado. Lo que nos gustaría es que esas medidas de fidelización se trasladasen, de una manera u otra, al resto de categorías. Porque sabemos que existe un déficit de médicos que no se da por falta de profesionales o de especialidades, sino porque Osakidetza no ha tratado bien al personal médico, no solo en Atención Primaria, sino también en otros ámbitos como hospitalarios.
"Existe un déficit de médicos en País Vasco porque no se les ha tratado bien"
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Pero también valoramos que un servicio público de salud es mucho más que una asistencia por personal médicos. Hay personal de Enfermería, hay personal técnico de rayos o técnicos sanitarios que ejercen una labor fundamental a la hora del poder prestar asistencia sanitaria. A esas personas también se les tiene que implantar y fidelizar de alguna manera. Por eso, una medida sería establecer OPEs en poco tiempo, resoluciones rápidas, y luego, mejorar la conciliación de la vida familiar y laboral.
Osakidetza, al final, tiene a una plantilla mayoritariamente conformada por personal femenino y, sin embargo, constantemente nos enfrentamos a realidades en las que la conciliación de la vida familiar y laboral se ve impedida por las decisiones de las direcciones en cuanto a no encontrar sustitución en determinados periodos.
Es decir, se dificulta esa conciliación y creemos que eso también es fidelizar a las profesionales, no solo médicas. Lo relativo a los MIR es importante, pero que tiene que estar implementado en un mundo más amplio, en un plan de recursos humanos factible y negociado entre todos los agentes sociales.
¿Será positivo el cambio en la gestión del Departamento de Salud liderado por Alberto Martínez?
Creo que es muy pronto para decir que es bueno. En el Departamento de Salud se ha dado un cambio en el discurso. Esta modificación puede tener un tono más conciliador del habitual, pero no es debido a una autocrítica del modelo que han llevado adelante, sino que ha sido fruto de la pérdida de la hegemonía del poder.
Si el PNV ha perdido tantos votos en esta comunidad autónoma, ha sido fruto del desgaste que le ha supuesto la gestión de Osakidetza, porque la han gestionado mal. Y entendemos que, en esa posición, en principio, el actual consejero está haciendo de cortafuegos. Está implementando medidas que sirven para callar las voces críticas. Tras ver cómo funciona la metodología implantada en la Mesa del Pacto Vasco por la Salud, mucho nos tememos que su intención no es realmente hacer una transformación radical y real, sino operaciones de maquillaje para callar voces críticas como la de ESK.
ESK es un sindicato que actualmente no cuenta con representación en la mesa sectorial, ¿verían un fracaso no formar parte de ella a partir del 28 de noviembre?
Nosotros pensamos que la mesa sectorial, siendo un marco de negociación, también es un marco de bloqueo. Entendemos que ESK, sin haber estado dentro de ese marco de negociación, ha marcado y ha dirigido las políticas de Osakidetza con claridad. Me remito, por ejemplo, a la denuncia de las OPEs fraudulentas que llevó adelante este sindicato y que forzó la dimisión de un consejero de Sanidad, el señor Darpón.
Me remito, también, a las actuaciones llevadas a cabo por este sindicato para paralizar los procesos privatizadores que consiguió ganar sentencias para evitar la privatización de ciertos servicios del Hospital de Urduliz. O, por ejemplo, también hay que destacar la acción sindical y judicial de este sindicato para conseguir que se le reconozca la carrera profesional o el derecho al abono de la carrera profesional a todo el personal.
Creemos que en esos marcos no se da una negociación real, porque durante todos estos años hemos visto una mesa sectorial en la que, por una parte, Osakidetza iba con las propuestas cerradas y, por otra parte, los sindicatos que participaban dentro de ella apostaban más por unas negociaciones bilaterales que por un marco conjunto de negociaciones y de pelea.
ESK siempre ha defendido una confluencia y una unidad, tanto en las luchas como en las reivindicaciones, siempre respetando la autonomía organizativa, evidentemente, pero siempre defendiendo el objetivo común. Y entendemos que esos sindicatos no lo han llevado adelante hasta ahora. Dicho esto, sí que consideramos importante participar en ese foro, porque es ahí donde se va a recibir la información de primera mano que va a afectar al día a día de las plantillas. Y es ahí, con esa información, con la que ESK podrá incidir de manera mucho más efectiva en la mejora de las condiciones de la plantilla.
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