Hace sólo seis meses, el
hepatólogo Manuel García Bengoechea se ponía al frente de 13.000 médicos desde su despacho del paseo de Francia en San Sebastián, en el que ha recibido a Redacción Médica. Sus preocupaciones, la aprobación -inminente- de los estatutos del Consejo, la formación continua, la precariedad laboral de los afiliados y la descompensación entre licenciados y plazas MIR. Todo ello con la mirada puesta en las urnas el próximo 25-S.
El 25 de septiembre se celebran elecciones en País Vasco. ¿Cree que un cambio de gobierno benificiaría a la profesión o firma por mantener al PNV?
Lo cierto es que llevamos unos años con un gobierno estable y eso nos ha concedido determinadas ventajas. El sistema vasco de salud es bueno, y creo que si se repetieran los resultados, aunque haya una dispersión de votos por los partidos minoritarios, la profesión saldría bien parada.
¿Cuál es la situación de los médicos vascos en Osakidetza? ¿En una escala del 1 al 10 cómo puntuaría su estabilidad laboral?
Les doy un aprobado alto, un 6 para ser más concreto. La culpa la tiene la precariedad laboral, porque paro apenas hay. Y sigue habiendo más licenciados que plazas MIR porque hay mucha falta de prevision. No tiene sentido que se licencien 10.000 personas y haya 6.000 plazas MIR. Además, no entiendo las infinitas ganas de crear facultades de Medicina.
En octubre entra en vigor la ley de muerte digna. ¿Cuál es el sentir general de los médicos ante esta norma?
Estamos conformes. A los médicos, y a la sociedad en general, no se nos enseña cómo enfrentarnos a la muerte. Todos adolecemos de esta falta de cultura y hace falta más tiempo para entenderla. A los profesionales sanitarios nos falta profesionalizar el proceso de la muerte y dejar de verlo como un fracaso. Lo que hace esta ley es blindar el derecho del paciente a decidir cómo acabar sus últimos días y aunque esto ya se venía haciendo, ahora lo haremos conforme a la ley.
Hace ya algunos meses, los presidentes de los tres colegios de médicos vascos comparecisteis en el Parlamento para “explicar” el polémico decreto de prescripción enfermera. Allí propusieron un paquete de medicamentos autorizadas para el colectivo de enfermeros. ¿Dónde ha quedado esa propuesta? ¿Ha llegado a manos del órgano competente?
No. Efectivamente, nos citaron para dar explicaciones sobre esta norma y aprovechamos la ocasión para proponer una batería de productos no sujetos a prescipción médica. Allí se quedó la iniciativa.
¿Cómo es la relación del Consejo de Médicos de País Vasco con la Consejería de Sanidad?
Cuando conocí a Jon Darpón me pareció una persona que tiene la cabeza muy bien amueblada, con un profundo conocimiento de la sanidad vasca en las tres provincias. En líneas generales estamos contentos, tenemos una relación muy buena y fluída con la Consejería.
Como presidente de un colegio de médicos, ¿cómo cree que pueden reaccionar los colegiados cuando se les empiece a solicitar la validación periódica ?
Es probable que se sientan vigilados, pero será una obligación, así que tenemos pensado lanzar una campaña de prensa muy potente para que lleguen a entenderlo.
Además de la validación periódica, ¿qué otros objetivos se plantean a corto plazo desde el Colegio?
Además de vigilar las cuentas – no estamos para llorar pero tampoco para gritar de alegría – queremos mejorar la comunicación con el colegiado, para que de verdad sienta que el Colegio sirve para algo. La formación continua también es algo en lo que estamos volcando nuestros esfuerzos.
Hablando de formación continua, el Colegio de Madrid ofrece desde 2015 clases de defensa personal a sus médicos y esta misma semana, el sindicato Metges de Catalunya ha propuesto una iniciativa similar. ¿Cree que en País Vasco sería también necesario?
Tengo muchas dudas de que hayan aumentado las agresiones a médicos en España, creo que más bien lo han hecho las denuncias. Si comparamos las dos últimas encuestas que hemos hecho a nuestros colegiados sobre violencia de pacientes, el resultado es que han disminuido.
Si tuviera delante al futuro ministro de Sanidad, ¿qué le demandaría?
Lo que no me gusta del Sistema Nacional de Salud es que hallamos llegado a “funcionalizarnos” tanto. No tenemos capacidad para desarrollar iniciativas, estamos encajonados. Doy por enterrada la medicina tradional.
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