Redacción. Pamplona
El Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Complejo Hospitalario de Navarra ha comenzado a utilizar una nueva técnica de corrección de la escoliosis en población infantil simultáneamente a otros tres hospitales españoles (Virgen del Rocío en Sevilla, La Fe en Valencia y Complejo Asistencial de Salamanca). Ya se han realizado de forma exitosa dos intervenciones, una de ellas en noviembre de 2014 y otra en febrero de 2015.
Las operaciones se han realizado gracias a la colaboración de las secciones de Cirugía de Raquis y la de Ortopedia Infantil, y han sido dirigidas por Ángel M. Hidalgo, Tomás Izco y Serafín García Mata.
La escoliosis es una enfermedad que consiste en la lateralización y rotación de la columna vertebral. La enfermedad afecta al 2 o 3 por ciento de la población, pero sólo se operan los casos con más de 50 grados de desviación, lo que viene a su poner un 0,3 por ciento de la población. Un 15 por ciento de las escoliosis afectan a niños menores de 10 años. Se estima que en un año se podría intervenir a 12 o 14 niños y ocho o 10 adultos.
Esta nueva técnica quirúrgica para el tratamiento de las escoliosis graves en niños menores de 10 años consiste en la colocación, mediante dos pequeñas incisiones de unas barras magnéticas que hacen el efecto de “andamiaje” manteniendo la columna relativamente estirada mientras el niño está en fase de crecimiento. Conforme el niño va creciendo, mediante un sistema de imanes y de forma completamente indolora, en apenas cinco minutos en consulta, se realiza el estiramiento de las barras, y por tanto de la columna, evitando de esta forma tener que reintervenir al niño conforme va creciendo.
El tratamiento de la escoliosis es generalmente ortopédico mediante el uso de corsés; no obstante cuando la curva está muy avanzada los corsés no pueden controlar la curva y es necesario plantear el tratamiento quirúrgico.
Hasta ahora en estos niños pequeños era necesario realizar varias intervenciones que pretendían corregir la deformidad de forma progresiva, para, al llegar a la época de madurez ósea (12-14 años), volver a intervenir al paciente y realizar una fusión definitiva.