El sistema sanitario se enfrenta actualmente a retos importantes que requieren de soluciones innovadoras para ser superados, entre las cuales la transformación digital se consolida cada vez más como una estrategia. Y es que la digitalización, lejos de deshumanizar la asistencia sanitaria, permite personalizarla, mejorar resultados y experiencia, optimizar la eficiencia, ofrecer al paciente nuevas formas de comunicación y gestión, mejorar su experiencia y resultados en salud… En este contexto abordó los retos de la transformación digital de los sistemas sanitarios
Javier Arcos, gerente y director médico de la
Fundación Jiménez Díaz, durante su intervención, el pasado jueves, en la XVI edición del Foro de Sanidad, que organizó el Centro de Estudios de Políticas Públicas y Gobierno de la
Universidad de Alcalá en el Senado de España bajo el título 'La reforma sanitaria europea: retos legislativos ante la necesaria transformación del Sistema Nacional de Salud'.
La sociedad actual ha registrado “
cambios demográficos y sociológicos, como el envejecimiento de la población, la cronificación de las enfermedades y el cambio de perfil del paciente, que demanda ya una medicina asincrónica, así como de su forma de relacionarse, tanto con su entorno como con los proveedores de salud, que se traducen en un mayor uso de los servicios de salud, más hospitalizaciones, de mayor duración y complejidad… en definitiva, más carga sanitaria”, comentó. A este escenario se suma un problema de
“escasez de profesionales asistenciales
-faltan 80.000 médicos y 120.000 enfermeras en nuestro país- y de efectividad y variabilidad del sistema sanitario, ya que un 60 por ciento de los actos médicos que realizamos responden a la evidencia científica, pero un 30 por ciento no aporta ningún valor, y un 10 por ciento es, incluso, iatrogénico, es decir,
dañino para la salud o la seguridad clínica”, añadió el gerente del hospital madrileño.
Un contexto en el que, como defendió el Arcos, hay cada vez más evidencias de los beneficios que aporta la
salud digital en términos de resultados finales, tanto para la
prevención y promoción de la salud, como para la mejora de la experiencia del paciente y la sostenibilidad del sistema a través de un uso responsable de los recursos, ejes estratégicos de la Fundación Jiménez Díaz, y que ayudan a ser "más eficientes" en la atención de la creciente demanda asistencial con los recursos limitados disponibles.
Desde el centro hospitalario aseguran que la innovación, la digitalización y el uso del Big Data son desde hace tiempo "una realidad" y que se trabaja e impacta en los tres momentos asistenciales: antes de la
atención sanitaria, a través de la estratificación, la coordinación de niveles asistenciales y la gestión e integración de la información para mejorar la prevención y diagnóstico precoz de la enfermedad;
durante el proceso de salud, mediante la estandarización a través de la
Historia Clínica Electrónica, la automatización de pruebas diagnósticas, la reducción de ineficiencias, el uso de herramientas de apoyo a la decisión clínica y la aplicación de la inteligencia artificial; y
después del acto asistencial, a través de indicadores, no solo de volumen asistencial, sino de resultados finales, de valor.
“APLO” y “E-Res Salud”, ejemplos de transformación digital
Como ejemplo de estas líneas de trabajo, Arcos compartió con los presentes los proyectos -y sus resultados- “
APLO. Nuevo modelo asistencial en aparato locomotor” y “
E-Res Salud, el Programa de Evaluación de Resultados en Salud y en Experiencia del Paciente” (PROMs y PREMs), en su rama de Hematología; impulsados desde la Unidad de Innovación Clínica y Organizativa (UICO) de los Hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña (Sermas).
En ambos casos, las iniciativas impactan "positivamente" en los tres ejes estratégicos de esta red asistencial. Y es que, gracias a la aplicación de la primera, que introduce herramientas de automatización y estandarización de procesos para
reducir la variabilidad en la práctica clínica de hasta 34 procedimientos de Cirugía Ortopédica o Traumatológica y mejorar los resultados finales, se han reducido 15.000 actos administrativos que no aportaban ningún valor, ni a pacientes ni profesionales, en sus seis primeros meses de funcionamiento. Por su parte, el segundo proyecto ha permitido, mediante el uso de
PROMs y PREMs,
el Portal del Paciente -aplicación propia desarrollada por esta red asistencial- y cuestionarios específicos para la detección precoz de posibles problemas de salud en cada patología, reducir un 21 por ciento las visitas a Urgencias y un 25 por ciento los ingresos hospitalarios no programados, lo que se ha traducido directamente en una mejoría de la supervivencia.
Impacto de la inteligencia artificial en la gestión sanitaria
Todo un reto que Arcos completó con una reflexión sobre el impacto de la inteligencia artificial en la gestión sanitaria, y que también expuso en la entrega de los
Premios Anuales de Gestión 2023: Excelencia e IA, organizada por el Club de Excelencia en Gestión en el IBM Innovation Studio, donde destacó el papel crucial de esta disciplina científica en el sector sanitario.
“Una tecnología que ofrece certezas, por lo que posibilita la capacidad de anticipación y ayuda a planificar; reduce errores, permitiendo mejorar la seguridad clínica;
ahorra tiempos, permitiendo ser más sostenibles; y disminuye en todo ello la
carga de esfuerzos humanos en nuestro objetivo de cubrir los actuales déficits del sector sanitario tiene que ser necesariamente bienvenida”, defendió el gerente de la
Fundación Jiménez Díaz, abogando también por una regulación “que garantice la ética y la privacidad, sin frenar el avance de esta disciplina en la salud”, explicó.
Tal y como detalló, la legislación debe velar por el cumplimiento de los
seis principios éticos de la inteligencia artificial que marca la Organización Mundial de la Salud: preservar la autonomía del ser humano; promover el bienestar y la seguridad de las personas y el interés público; garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad; promover la responsabilidad y la rendición de cuentas; garantizar la inclusividad y la equidad; y promover una inteligencia artificial con capacidad de respuesta y sostenible-, pero “con flexibilidad suficiente para no ‘estrangular’ la innovación”, insistió.
Y es que, “los resultados que arroja la inteligencia artificial son equivalentes a los que ofrece un fármaco eficaz, cuyo no uso no sería comprendido por la comunidad médica; por lo que no aplicar esta herramienta en salud y no aprovechar sus beneficios sería igualmente reprobable”, concluyó Arcos.
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