La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha por segundo año consecutivo la red de vigilancia ambiental para controlar la posible llegada a la región del conocido como mosquito tigre (aedes albopictus) con capacidad de transmitir enfermedades tropicales como el virus del zika.
Así lo han indicado a Europa Press fuentes de la Consejería de Sanidad para detallar que durante el pasado año se colocaron 300 trampas y que tras los análisis de laboratorio no se detectó la presencia del insecto en nuestra región.
La red se enmarca en el Programa de Vigilancia Entomológica y Control Sanitario-Ambiental de Vectores Transmisores de Arbovirus, elaborado por la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad. Su objetivo es prevenir la instalación del mosquito en la región, así como contar con un protocolo de respuesta rápida ante su aparición.
La red cuenta con puntos de muestreo donde se colocan trampas para insectos, y se crea en coordinación con municipios madrileños y la Universidad Complutense de Madrid, que analiza en el laboratorio las muestras capturadas.
Las trampas se sitúan fundamentalmente en las autovías y puntos neurálgicos de comunicación que conectan con la costa mediterránea donde el mosquito está “ampliamente implantado” (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía), y teniendo en cuenta el intenso tráfico entre la Comunidad de Madrid y esas zonas veraniegas.
Hasta el 26 de julio se ha dispuesto de 40 puntos de muestreo para detección de huevos de mosquito tigre situados en las príncipales vías de acceso a Madrid desde Cataluña, Levante y Andalucía, localizados en gasolineras, áreas de descanso, centros logísticos y de comunicación por carretera y ferrocarril, vertederos o centros de reutilización de neumáticos, estación de autobuses, entre otros.
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