La
Fundación Jiménez Díaz ha explicado que liderará la
Neurocirugía madrileña tras incorporar al neurocirujano
Ricardo Díez Valle como
jefe de Departamento. Esta jefatura abarca también a los hospitales universitarios
Rey Juan Carlos (Móstoles),
Infanta Elena (Valdemoro) y
General de Villalba.
La llegada del neurocirujano, ha indicado la Fundación viene a ahondar así en uno de los
valores diferenciales del hospital, junto a la completa cartera de servicios con la que cuenta y a la
innovación tecnológica que aplica a todos sus ámbitos: el primer nivel y amplia experiencia de sus profesionales médicos. Asimismo, la coordinación y trabajo protocolizado entre los citados cuatro hospitales
redundará en una mayor y optimizada actividad en Neurocirugía, un servicio que, en conjunto, sumó unas
1.100 cirugías tan sólo en el año 2018.
Licenciado en Medicina por la
Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Medicina por la Universidad de Navarra, Díez Valle tiene una amplia y contrastada
experiencia en gestión (habiendo sido presidente de la
Comisión de Quirófano de la Clínica Universidad de Navarra entre los años 2013 y 2019, y adjunto al área médica de su Consejo de Dirección de 2013 a 2017), así como en asistencia médica, que comenzó en el
Hospital Ramón y Cajal, continuó en las clínicas
Moncloa y MDAnderson Internacional y ha completado, desde 2007, en la
CUN.
Una experiencia, especialmente extensa y destacada en
cirugía tumoral, que ya está beneficiando a este ámbito, ya que, como él mismo explica, “cada vez hacemos una cirugía menos invasiva, con recuperación más rápida para el paciente y movilización más temprana, gracias a la aplicación de la
neuronavegación en la Neurocirugía que, además, nos permite operar todo tipo de tumores”.
Las mejores manos y equipos de vanguardia
Contar con las mejores y más experimentadas manos
para manejar equipamientos de última generación, como la citada
RM intraoperatoria de alto campo (que permite no sólo planificar la cirugía previamente a la intervención, ya que es la herramienta que mejor identifica el
tejido neoplásico y lo diferencia del sano, algo fundamental en tumores cerebrales, sino comprobar su evolución y finalización deseada antes de terminarla, sin tener que mover al paciente ni sacarlo de la sala), se traduce en “mayor seguridad y menos invasión, más capacidad de
resección total de los tumores y menos secuelas en áreas no afectadas, recidivas y necesidad de cirugías secundarias”, añade el nuevo jefe del
Departamento de Neurocirugía de la Fundación Jiménez Díaz.
Más aún: con una experiencia previa en cerca de
300 pacientes operados con esta tecnología, el especialista apunta estudios que estiman que su uso
puede aumentar entre un 20 y un 40 por ciento el número de tumores completamente resecados, evitando así nuevas intervenciones para eliminar tejido neoplásico residual, o incluso recidivas. “Sin ninguna duda, permite realizar una cirugía con un nivel de calidad superior”, añade, destacando otros valores añadidos del servicio como la
realización de cirugía con fluorescencia y la colaboración con
Neurofisiología para la monitorización en quirófano.
Similares ventajas redundan también en la realización y resultados de las
intervenciones quirúrgicas de columna, así como en otro tipo de operaciones de neurocirugía funcional, como las “
cirugías de la epilepsia y las cirugías de los movimientos anormales, por las que se va a hacer una clara apuesta desde el servicio”, anuncia Díez Valle.
Su llegada al
Departamento de Neurocirugía de los Hospitales Públicos de Quirónsalud en Madrid tiene también otra vertiente claramente beneficiada e igualmente estratégica para seguir optimizando la calidad asistencial en este ámbito: la investigación. Concretamente, y como explica el neurocirujano, que tiene reconocidos dos sexenios de investigación (2007-2012 y 2013-2018) como profesor asociado de la Universidad de Navarra, “la relación con el
Instituto Oncológico de estos hospitales, OncoHealth, va a ser fundamental y creciente, con la puesta en marcha de nuevos ensayos clínicos en esta especialidad, sobre todo en tumores cerebrales, y muy especialmente en aquellos no curables”.
Impulso a la Neurocirugía Pediátrica
Y todo ello sin olvidar a los más pequeños ya que, junto Díez Valle, se ha
incorporado también al cuadro médico del hospital madrileño Sonia Tejada para impulsar y aumentar la actividad y experiencia en Neurocirugía Pediátrica, “pudiendo llegar a todas las edades infantiles, e incorporando
la potente Neonatología y Obstetricia con la que ya cuenta el centro”, apunta el neurocirujano.
Una estrategia en la que, de nuevo, la resonancia magnética intraoperatoria de alto campo será de gran utilidad,
no sólo en muchos tipos de tumores pediátricos (ependimoma, astrocitoma pilocítico…), en los que la extirpación total del tumor aumenta notablemente la tasa de éxitos y marca una diferencia clara tanto en la supervivencia como en la calidad de vida del pequeño, sino también en determinados quistes complejos
y tipos de displasias que producen cuadros epilépticos.
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