Licenciada en Derecho,
Regina Plañiol (Madrid, 1959), combina en su biografía su carrera profesional como directiva de recursos humanos en varias compañías de primer orden, con su trayectoria política en la Comunidad de Madrid, que le llevó al frente de la consejería de Presidencia y Justicia y la viceconsejería de Asuntos Sociales, de la mano de
Esperanza Aguirre. Tras su regreso a la Asamblea de Madrid en 2015 asumió la presidencia de la Comisión de Sanidad. Cargo que cambió a finales de 2016, por la portavocía en el mismo órgano. Asume su nueva responsabillidad con una agenda en la que el
diálogo está marcado como primera prioridad.
Pasa de la presidencia de la Comisión de Sanidad a la portavocía del PP en este órgano. Son papeles institucionales muy distintos, pero, ¿qué cree que le ha aportado la presidencia que pueda aplicar como portavoz?
Son distintos, pero complementarios entre sí. La presidencia es un papel mucho más institucional, en el que uno es árbitro entre las fuerzas políticas, lo que permite conocer la visión de todos los grupos. La portavocía tiene un mayor contenido político; pero creo que tanto la experiencia en la presidencia como mis anteriores responsabilidades políticas son un punto a favor para hacer bien esta labor.
¿Qué temas tiene previsto llevar al Pleno del Parlamento y a la Comisión de Sanidad durante el nuevo periodo de sesiones?
Somos el grupo parlamentario que apoya al Gobierno y tenemos la suerte de tener un ejecutivo con una gran impronta social. Creo que Cristina Cifuentes lo está demostrando con su acción y, además en su discurso de final de año, apostó por ir incluso un paso más allá en esa dirección. Nuestra labor es la de apoyo al Gobierno, pero también es buscar el pacto, el acercamiento con el resto de fuerzas políticas.
¿Cómo valora ese diálogo con la oposición en materia sanitaria?
La cultura del acuerdo es buena en cualquier campo. Tenemos encima de la mesa tres iniciativas legislativas y creo que los acuerdos van por muy buen camino. Unas de ellas es la relativa al proceso final de la vida, con todo lo que supone la cuestión de los cuidados paliativos. Está muy avanzada y en estos momentos tenemos pleno acuerdo entre todos los grupos parlamentarios. Creo que es importante que en asuntos así los ciudadanos perciban que existe unidad entre los políticos.
Además, nos estamos poniendo de acuerdo en una iniciativa sobre el funcionamiento de los hospitales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) y otra sobre atención bucodental a los menores de edad. También tenemos pendiente la firma, todos los grupos, de un convenio con las asociaciones de hepatitis C de la Comunidad de Madrid. Tenemos muchas cosas sobre las que hablar y entendernos y yo soy optimista.
El consejero y la presidenta Cristina Cifuentes han puesto el acento en la necesidad de equidad dentro del Sistema Nacional de Salud. ¿Cree que la ministra Montserrat trabajará en esta línea?
Estoy absolutamente convencida. Nosotros, como Partido Popular, en Madrid y en cualquier parte, decimos siempre lo mismo: queremos los mismos derechos para todos los españoles, independientemente de donde residan. Y eso, poco a poco, irá convirtiéndose en una realidad.
Regina Plañiol, portavoz del PP en la Comisión de Sanidad de la Asamblea de Madrid.
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¿Qué siente cuando la izquierda, especialmente Podemos, critica falta de sensibilidad del PP respecto de la sanidad pública?
Reto a cualquiera de izquierdas a que demuestre que la política social del PP es de menor calidad que la suya. Yo creo que el partido que más ha hecho por las políticas sociales es el nuestro; porque no solo tiene las ideas muy claras, sino también capacidad de gestión, es decir, de ejecutarlas.
Usted tiene, además de su trayectoria política, amplia experiencia en el sector privado. ¿Cree que este conocimiento de la actividad empresarial puede ser aplicable a la política sanitaria?
Los políticos deben reflejar a la sociedad. Yo creo que es bueno que en política haya profesores universitarios, artistas, autónomos, empresarios… creo que la política no está reñida con la actividad de ninguno y creo que cada uno aporta su experiencia particular. Yo he trabajado en grandes empresas, en el ámbito de los recursos humanos, en las que siempre he tenido interlocutores muy variados, entre ellos los sindicatos, y creo que esa cultura de llegar a acuerdos es muy valiosa. No hablo solo de mi caso. Creo, en general; que una experiencia previa en otro campo aporta mucho a la política.
El consejero de Sanidad ha acudido habitualmente a rendir cuentas de su gestión en la Comisión de Sanidad, ¿cree que el resto de grupos tienen motivos para no estar satisfechos por sus comparecencias?
Absolutamente ninguna. Ha ido todas y cada una de las veces que se le ha convocado e iría más veces si se le convocara más. Tenemos la suerte de tener un consejero que ha sido ‘cocinero antes que fraile’: es enfermero, médico y profesor de universidad y conoce muy de cerca el sistema sanitario. Eso unido a su talante, que es de comunicación directa y fácil y de buscar a acuerdos, hace que tengamos suerte de contar con un consejero como él.
¿Cómo valora la gestión de Jesús Sánchez Martos?
En Madrid tenemos un gobierno de primera, lo cual es un mérito colectivo e individual, de cada uno de sus integrantes, empezando por la presidenta. Creo que es una suerte contar con un gobierno así y de Sánchez Martos destacaría que aporta esa visión fresca, nueva, de alguien que no ha estado en la actividad política, pero que ha estado muy cerca de los profesionales sanitarios y de los ciudadanos.
De los diferentes temas que están sobre la mesa, ¿cuál cree que debería ser la prioridad de la política sanitaria madrileña?
Mantener los estándares de calidad es un reto obvio, pero que tenemos que tener siempre presente. Se ha hecho un gran esfuerzo para incrementar los recursos sanitarios que tiene la Comunidad de Madrid y lograr una mayor distribución territorial. Eso tiene que ser compatible con mantener los estándares de calidad que hacen que Madrid tenga los mejores hospitales de España y que sea la comunidad autónoma que más eligen los MIR.
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