La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha iniciado los trámites para incorporar a una persona al frente de la Jefatura del
Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital La Paz. Tras la pérdida de
Susana Moraleda, que falleció el pasado mes de noviembre dejando un profundo recuerdo entre sus compañeros, la administración ha decidido ahora buscar un facultativo que se haga cargo del departamento de manera provisional para dar respuesta a las
necesidades “organizativas y asistenciales” que despierta un servicio de esta magnitud.
Moraleda había dedicado más de
dos décadas a ejercer en su especialidad en el hospital madrileño, donde comenzó su andadura en el año
1986. Esta dilatada trayectoria le permitió ir accediendo a diferentes puestos de responsabilidad en el centro. En 2014 se convirtió en jefa de sección, mientras que en
2019 se hizo cargo del Servicio.
Además de su vinculación con La Paz, la profesional también era la presidenta de la
Comisión Nacional de Rehabilitación y Medicina Física. Mientras que también ejercía como responsable de la
Unidad de Parálisis Facial en la Clínica Dermatológica Internacional desde el año 2009. Esa experiencia, unida a su faceta investigadora, le permitió recibir importantes galardones como el
premio al mejor trabajo científico en el congreso nacional de la especialidad.
Su fallecimiento provocó un
fuerte pesar tanto entre sus compañeros de profesión como entre algunos de los pacientes a los que atendió a lo largo de su carrera, que coincidían en valorar la gran profesionalidad que la habían convertido en una de las mayores expertas en su campo de conocimiento. Las muestras de cariño se tradujeron en mensajes de despedida de grupos como el equipo de Maxilofacial que dijo adiós a una
“compañera y amiga”.
Medicina Física en el Hospital La Paz
Ocho meses después de su pérdida, la Consejería de Sanidad ha optado por abrir un proceso de selección de personal que tendrá carácter
estatutario y provisional. La Paz busca a un especialista en Medicina Física y Rehabilitación, que ya tenga una plaza fija en el Sistema Nacional de Salud y que demuestre una
experiencia específica en este campo de conocimiento de al menos cinco años.
El proceso de selección tendrá en cuenta tanto la valoración de los
méritos profesionales de los candidatos como el análisis de un
proyecto técnico de gestión, en el que tendrán que plantear con “identidad propia” su hoja de ruta para el servicio. Los aspirantes defenderán ambas cuestiones en una sesión pública, en la que el tribunal les podrá realizar “cuantas preguntes estime oportunas” tanto sobre su trayectoria como sobre su propuesta.
La orden establece que el 40 por ciento de la puntuación corresponderá a la experiencia profesional y el otro 60 por ciento al proyecto de gestión. Entre los criterios, se valorará la posesión de título de doctor,
la experiencia realizada por vía MIR, los meses de trabajo en la especialidad, las estancias en el extranjero, la
formación continuada, la actividad docente o la
investigación.
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