En el marco del
Día Mundial de la Disfagia, que se celebra este jueves, y con el objetivo de concienciar a los profesionales sanitarios del
primer nivel asistencial y darles pautas que les ayuden a identificarla, valorarla y tratarla, la
Fundación Jiménez Díaz ha celebrado la ‘
I Jornada de disfagia para Atención Primaria: evaluación, tratamiento y continuidad asistencial en la disfagia orofaríngea’.
“Los
profesionales de Atención Primaria son la puerta de entrada al abordaje de la disfagia en la mayoría de los pacientes, y los que llevan
su seguimiento integral; sin embargo, actualmente no todos están específicamente formados e informados sobre las complicaciones severas que puede producir”, afirma
María Benavides, especialista en Otorrinolaringología y miembro de la Unidad de Disfagia del hospital madrileño.
Por ello, “con esta jornada queremos
optimizar sus conocimientos teórico-prácticos para abordar la disfagia de manera multidisciplinar, deteniéndonos especialmente en la coordinación con
Atención Especializada para mejorar el cumplimiento terapéutico y
el seguimiento de los pacientes afectados”, añade la también codirectora de la jornada.
Una unidad multidisciplinar para abordar la disfagia
Para tratar a estos pacientes a nivel hospitalario, la Fundación Jiménez Díaz cuenta con una Unidad de Disfagia formada por
otorrinolaringólogos, rehabilitadores, endocrinos y personal de Enfermería, en la que se atiende al paciente con factores de riesgo.
“Aquí se pauta una vía de nutrición y se adapta una dieta, que irá modificándose según la evolución del paciente”, indica por su parte
Raquel Cutillas, especialista en Rehabilitación del centro y también miembro de su Unidad de Disfagia, además de codirectora de la jornada.
En caso de estar contraindicada la alimentación oral, completa
Carmen Aragón, del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz, se realiza una valoración nutricional del paciente y se le prescribe una nutrición enteral, “en la que se deben tener en cuenta sus enfermedades asociadas y también el tiempo previsto de utilización de
este método de soporte nutricional”. Además, como comenta la especialista, que forma parte igualmente de la Unidad de Disfagia del hospital, si el paciente es candidato, será seguido por esta unidad
a través del otorrinolaringólogo y del Servicio de Rehabilitación.
Tras el alta hospitalaria, el paciente debe continuar en el domicilio con esta dieta y con la adaptación de líquidos, así como con las recomendaciones posturales y ambientales pautadas. Por ello, es fundamental que
el equipo de Atención Primaria esté al corriente del problema que tiene el paciente, conozca la pauta
y vigile de cerca las posibles complicaciones que puedan acontecer en el tiempo.
“Para facilitar esta transición llevamos a cabo una petición a
Enfermería de Continuidad Asistencial, que contacta con el centro de salud o la residencia correspondiente para informar de que el paciente tiene disfagia y cuáles son
las pautas que se han dado”, indica Cutillas.
En cuanto al seguimiento desde el punto de vista nutricional, en caso de que la nutrición enteral sea necesaria en domicilio, el paciente y sus cuidadores deben recibir educación para el manejo de esta por parte de
personal especializado. En este sentido, la endocrinóloga apunta que “puede constatarse que el tratamiento es adecuado
cuando el paciente recupera y/o mantiene peso, mejora su masa muscular y los
parámetros proteicos en la analítica se encuentran dentro de la normalidad”.
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