El
envejecimiento de la población y el aumento de la cronicidad están obligando al sistema sanitario a reforzar la prevención y la coordinación entre profesionales, un escenario en el que la farmacia comunitaria se consolida como
un agente clave del nuevo paradigma sociosanitario. Así lo defendieron los ponentes del debate: 'El farmacéutico, agente clave ante el nuevo paradigma sociosanitario', que reunió a responsables de
Salud Pública, representantes colegiales y gestores locales para hablar en el plató de
Redacción Médica sobre esta realidad en la Comunidad de Madrid.
Desde la perspectiva de la Salud Pública,
María Vicenta Labrador Cañadas, jefa de la Unidad Técnica de Programas de Cribado Poblacional en la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, subrayó que el incremento de la longevidad es “socialmente, un éxito para nuestro país”, aunque advirtió de los retos que plantea. “Si bien somos uno de los países con mayor esperanza de vida, hay países que nos aventajan en
esperanza de vida con buena salud”, afirmó. En este contexto, insistió en que el objetivo debe ser “seguir potenciando esos años ganados, pero con salud”, lo que exige “un cambio hacia la prevención, un mayor enfoque de las actividades de
promoción de la salud”.
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María Vicenta Labrador Cañadas, jefa de la Unidad Técnica de Programas de Cribado Poblacional en la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
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Labrador recordó que “la mayoría de los factores que afectan a las
enfermedades crónicas son prevenibles” y citó hábitos como el consumo de tabaco o alcohol, el sedentarismo o la alimentación. “Tenemos que trabajar sobre esos factores porque el gran reto es que esas personas mayores lleguen con buena salud,
evitar la fragilidad y el deterioro funcional y que mantengan la independencia, porque esa va a ser la clave para que tengamos una sociedad exitosa”, señaló.
En esa misma línea, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid,
Manuel Martínez del Peral, destacó que este cambio de modelo “tiene que ir acompañado de profesionales sanitarios que permitan ese acercamiento de la sanidad al paciente”. Recordó que en la Comunidad de Madrid hay “casi 3.000 farmacias con casi 9.000 farmacéuticos” y defendió que la red ofrece “capilaridad,
capacitación profesional y humanización”. “Creemos que es una herramienta vital para que llegue toda esa prevención y promoción de la salud”, afirmó, destacando que “el 99% de la población de Madrid tiene una farmacia en la población donde vive”.
La alcaldesa de Collado Villalba y médica de familia,
Mariola Vargas Fernández, calificó la longevidad como “un éxito que no es una casualidad”, fruto de “una sanidad pública excelente y fantástica” y de una red cercana que permite que cada ciudadano acceda “a su centro de salud, a su hospital o a su farmacia prácticamente con una mano”. A ello sumó el papel de los ayuntamientos, con programas de envejecimiento activo que contribuyen a mantener a los mayores activos y reducir la dependencia.
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Manuel Martínez del Peral, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid.
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Uno de los principales déficits del sistema, coincidieron los ponentes, es la continuidad asistencial.
Martínez del Peral apuntó que “donde sí nos queda por avanzar es en la
relación médico-farmacéutico-enfermería” y en la coordinación entre atención primaria, hospitalaria y farmacia comunitaria. Para ello, defendió aprovechar la digitalización para “dar normalidad a esa relación” y facilitar la comunicación entre profesionales.
Labrador coincidió en que un elemento clave es “la
transformación digital necesaria del sistema sanitario”, con una historia clínica única que permita trabajar “de una manera cohesionada”. Destacó también el desarrollo de los programas de cribado, con sistemas de información que permiten que los participantes estén “completamente trazados en el sistema”, con resultados accesibles a través de la
tarjeta sanitaria virtual.
La fragilidad, la dependencia y la soledad no deseada fueron otro de los ejes del debate. Vargas afirmó que “el papel de las farmacias es fundamental”, algo que se hizo especialmente visible durante la
pandemia. Recordó que los farmacéuticos se convirtieron en “el agente sociosanitario más accesible al paciente”, detectando situaciones de soledad o riesgo cuando una persona dejaba de acudir a recoger su medicación. “Les cuentan muchas cosas, a lo mejor no van ni siquiera por medicinas”, explicó.
Martínez del Peral coincidió en que el farmacéutico actúa como “punto de cercanía con alguien que les escucha”, lo que permite conocer su entorno familiar y detectar señales de alerta. “Como les vemos prácticamente a diario, te permite tener un barómetro muy bueno”, señaló, defendiendo la creación de redes locales junto a ayuntamientos y servicios sociales.
Desde Salud Pública, Labrador puso el foco también en la fragilidad física y el deterioro funcional, recordando la Estrategia del Sistema Nacional de Salud para el
Abordaje de la Fragilidad, basada en evitar caídas, revisar la medicación y promover actividad física multicomponente. En ese esquema, subrayó que “el farmacéutico puede tener un papel básico”, especialmente en la
revisión de tratamientos y la detección de riesgos.
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Los farmacéuticos son el agente sociosanitario más accesible al paciente, detectando situaciones de soledad o riesgo cuando una persona dejaba de acudir a recoger su medicación.
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En este punto, Martínez del Peral avanzó el desarrollo reglamentario de la ley de atención farmacéutica domiciliaria en Madrid, que contempla este perfil asistencial en determinados casos. Insistió en que “no es un delivery de medicamentos”, sino un servicio sanitario de proximidad orientado a mejorar la adherencia y el control de la medicación, siempre “desde un punto de vista sanitario y no mercantil”.
El debate abordó también la adherencia terapéutica y el uso seguro de los medicamentos. Martínez del Peral alertó de que en mayores de 65 años polimedicados “la falta de adherencia es de más de un 50%”, lo que puede derivar en caídas,
hospitalizaciones y deterioro de la calidad de vida. Defendió herramientas como lo
s sistemas personalizados de dosificación y el bloqueo cautelar de posibles prescripciones que podrían suponer un riesgo para el paciente, una iniciativa que, según explicó, “en un 97% de los casos es confirmada por el médico”.
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Mariola Vargas Fernández, alcaldesa de Collado Villalba y médica de familia.
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Vargas insistió en que “la prevención es fundamental” y que “lo que se previene no se trata”. Labrador añadió la importancia de la prevención cuaternaria para
evitar la sobremedicalización y la “cascada de medicación”, defendiendo que la promoción de estilos de vida saludables puede reducir
tratamientos innecesarios y efectos adversos.
En el ámbito de la
coordinación sociosanitaria, los ponentes coincidieron en el valor de la farmacia como punto de acceso cercano. Vargas destacó la dispensación de kits de cribado de cáncer colorrectal en farmacias, subrayando que facilita la participación de la población. Labrador señaló que esta medida permitirá “multiplicar por seis los puntos de acceso” y que el farmacéutico “incentiva activamente la participación”,
eliminando barreras y explicando la importancia del programa.
También se abordó el papel de la farmacia en la vacunación. Martínez del Peral explicó proyectos piloto para
potenciar la vacunación antigripal en pacientes diabéticos, mientras Labrador defendió que “el farmacéutico es un actor esencial” para promover la prevención a lo largo de la vida y combatir la desinformación, especialmente en vacunación infantil. “Las vacunas salvan vidas”, resumió Vargas.
El debate se cerró con una reflexión sobre la
farmacia rural. Martínez del Peral recordó que en Madrid “19 de los 20 municipios de menos de 1.000 habitantes tienen farmacia” y defendió su papel como referente sanitario. Apostó por ampliar el campo de actuación del farmacéutico con servicios profesionales “valorados y remunerados”, como el control de parámetros biométricos, la educación sanitaria y la detección precoz de patologías. “Es una herramienta que hay que cuidar y potenciar”, explicó. Y para ello destacó el proyecto "Pueblos con Vida", una iniciativa que reconoce a la farmacia como punto de control de los mencionados parámetros biométricos y que busca facilitar el seguimiento de pacientes en municipios pequeños sin centro de salud cercano. Según explicó, la idea es que,
bajo protocolos y con comunicación telemática, la farmacia pueda trasladar al médico el control diario de estos pacientes, generando evidencia y reforzando la capacidad del sistema para llegar a zonas con menos recursos asistenciales.
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Un momento durante el debate 'El farmacéutico, agente clave ante el nuevo paradigma sociosanitario' en el plató de Redacción Médica.
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