"El Isabel Zendal es un proyecto único y de una envergadura gigante"

Verónica Real fue la directora de Enfermería del hospital de campaña que se instaló en Ifema durante la primera ola de coronavirus. Una experiencia que le ha llevado a ser ahora la coordinadora de Enfermería del Hospital Isabel Zendal, una tarea a la que se enfrenta desde hace poco más de un mes con ilusión, ya que se trata de "un proyecto único". A pesar de que son días difíciles en primera línea de batalla contra el virus, Real prefiere quedarse con lo positivo y cómo ha cambiado a mejor la forma de trabajar en los hospitales.

En una entrevista con Redacción Médica, Real explica cómo ha sido la Navidad en este hospital de emergencias, cómo ha asumido este reto profesional, así como las dificultades que lleva aparejadas el mismo. Además, apunta que el equipo de Enfermería del Zendal "pone toda la carne en el asador" para atender y cuidar al paciente Covid-19.

¿Cómo han sido las fiestas navideñas en el Hospital Isabel Zendal?

La Navidad en el hospital bien, aunque es verdad que están siendo días duros porque poner en marcha en tan poco tiempo un hospital estas dimensiones y calibre conlleva un trabajo frenético.

¿Se nota una tercera ola?

Creo que nunca ha dejado de haber segunda ola. Pero bueno, todo el rato se habla de tercera ola cuando no habíamos terminado con la que teníamos entre manos. Sí que precisamente esta semana ya se ha empezado a notar y tenemos más ingresos. Previsiblemente por los datos de contagios, se prevé que la semana que viene sea peor todavía. 

"El paciente del Zendal es el mismo que ingresa en otro hospital de la Comunidad de Madrid"

¿Ha cambiado el perfil de paciente que se recibe en el hospital?

El perfil de paciente es el mismo paciente que se ingresa en cualquier otro hospital de la Comunidad de Madrid. Como ya tenemos disponible cuidados intermedios e intensivos podemos tener cualquier tipo de paciente. De momento el volumen que tenemos está llegando de las Urgencias, pero ya está la vía libre a la apertura de poder hacer traslados desde la hospitalización.

Esto todavía está en vías de que se produzca, pero somos una UVI más del corredor de UVI, es decir, de la disponibilidad de camas de la Comunidad. Hace unos días tuvimos que atender al primer hospital que nos pidió ayuda porque no tenía ninguna cama de UVI, que fue el Infanta Leonor.

¿Qué peculiaridades lleva para el profesional trabajar en el Isabel Zendal?

Tiene muchas cosas buenas, sobre todo hablando de la patología que tenemos ahora mismo. Lo primero que todo el paciente que atiendas es paciente Covid, lo que permite alta capacidad de especialización de los profesionales y además de tener un circuito único, y no tener que estar separando el que está contagiado del que no lo está.

Y luego en las propias unidades de Enfermería, la distribución es muy positiva, aunque esté siendo tan criticada. Que sean espacios abiertos favorece muchas cosas. Teniendo techos altos y espacios abiertos favorece el  no contacto entre los trabajadores, cosa que si está el sistema como está con las bajas laborales… de hecho, así pasó en la primera ola, que hubo muchos profesionales que fueron contagiados mientras que en Ifema no pasó lo mismo. Creemos que es por eso, por la amplitud de los espacios. También que aquí se está renovando el aire cada cinco minutos, lo que hace que sea un aire más limpio.

Hay que tener en cuenta que son pacientes que empeoran muy rápidamente. Si ves a golpe de un vistazo a todos, en caso de cualquier empeoramiento te adelantas y lo ves más rápidamente que si los tienes aislados en habitaciones y tienes que ir haciendo rondas cada X tiempo.

Además, el paciente Covid está muy aislado de sus familiares y al final entre ellos mismos también se acompañan. Se ha creado un circuito central que es por donde pasan los profesionales; y el otro en los laterales con cristaleras que dan al exterior donde circulan los pacientes, cosa que pueden caminar y mejora su capacidad pulmonar y su movilidad. 

"La apertura del hospital de Ifema se vivió como una situación bélica"

¿Cómo viviste la primera ola en Ifema?

Mirando el lado positivo de las cosas, fue una experiencia única. Se aprendió que el trabajo en equipo entre profesionales es fundamental, que no hay que sectorizar tanto por categorías, como se hace normalmente. Si todos vamos a una y remamos sobre el cuidado de nuestros pacientes mejora todo mucho más. Fue una buena experiencia, tanto profesional como personal. Hubo una solidaridad que no estamos acostumbrados a ver. Si faltaba algo, el primero que tenía la solución la daba y la ponía en marcha.

Si pienso en la cara más amarga, la noticia de apertura del hospital de Ifema se vivió una como una situación bélica. Un sitio al que estamos acostumbrados a que sea de diversión y entretenimiento que se convierta en un sitio en el que pudimos llegar a atender hasta 5.500 pacientes no deja de darme cierto miedo. Sobre todo a la soledad a la que estuvieron sometidos los pacientes. El sufrimiento de los pacientes fue la parte más triste.

Quedándome con lo mejor, la experiencia fue muy enriquecedora que nos ha dado pie a otra forma de trabajo y tener otra perspectiva de cara a lo que se hace convencionalmente.

¿Cómo asumiste el reto en el Isabel Zendal?

La decisión es fácil desde el momento en que te planteas que es algo que solo pasa una vez en la vida. Cuando fue lo de Ifema ni me lo pensé y ahora veo que es un proyecto único. Es de una envergadura gigante, porque tanto por volumen de pacientes que se pueden atender y por todos los procedimientos que tienes que poner en marcha en pocos días… yo que además vengo del mundo de la Urgencia este tipo de proyectos me parecen fantásticos.

Vamos a poner toda la carne en el asador para que salga de la mejor manera. Hay un equipo de Enfermería que para mí lo son todo y vamos a intentar darle la mejor calidad asistencial a los pacientes que estén allí.