El sindicato
CSIT Unión Profesional ha trasladado a la
Consejería de Sanidad de Madrid un
Plan de Conciliación para los trabajadores del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) sustentado sobre dos pilares: la implantación de la
jornada de 35 horas y un nuevo régimen de ordenación de jornada que, entre otros objetivos, promueva el teletrabajo en situaciones concretas y la flexibilización de horarios en caso de que los profesionales sanitarios estén a cargo del cuidado de familiares.
Este mismo martes, la central se ha reunido con dirigentes de la Dirección General de
Recursos Humanos y Relaciones Laborales de la Consejería de Sanidad de Madrid. Un encuentro en el que
Rosa Vicente, secretaria del área de Sanidad de CSIT, ha apreciado ‘brotes verdes’ de cara a la búsqueda de un acuerdo que permita mejorar la conciliación en el Sermas sin provocar 'descosidos' en el plano económico. “La consejera (
Fátima Matute) conoce el tema de primera mano. La idea se ha recibido con ganas y es viable, y creemos que
la van a tomar en serio”, asume la dirigente sindical.
La fecha escogida por la central para registrar su propuesta no ha sido fruto del azar, pues se produce a falta de escasas semanas para que se inicien en la Asamblea autonómica los contactos para la elaboración de los
Presupuestos de 2024. Y la viabilidad de este plan depende, al menos en parte, de que se produzcan
retoques en las Cuentas, señala Rosa Vicente.
Contratación de 1.400 puestos para las 35 horas
La estrategia que requiere de mayor esfuerzo económico es la de la
implantación de las 35 horas semanales. Desde el sindicato calculan que el “coste real” que tendría este cambio es el equivalente a la
contratación de 1.400 puestos de trabajo (la gran mayoría de ellos estarían en el colectivo de Enfermería y personal a turnos).
El otro eje de la estrategia presentada por CSIT afecta a la ordenación de la jornada laboral en el Sermas. Según Vicente, existen “muchos departamentos no asistenciales que pueden compatibilizar la
modalidad asistencial con la del teletrabajo”. “Es algo que se está implantando en la Administración General y que permite a los profesionales trabajar desde casa cuando hay un problema sin necesidad de reducir su jornada”.
En este sentido, señala que los sanitarios que se ven obligados a cuidar de familiares tienen que
“poner dinero de su bolsillo” para contratar a una persona que se encargue de ellos o bien reducir su jornada (y por tanto su salario) para estar en casa. “Cuando vuelven, el trabajo sigue sin hacer”, señala.
Una estrategia a medio plazo
Rosa Vicente es consciente, en cualquier caso, de que la estrategia no puede implantarse en el corto plazo. “Haría falta
más de un ejercicio presupuestario”, asume la sindicalista, que incide, en cualquier caso, en que desde la Consejería de Sanidad “la idea se ha recibido con ganas de tomarla en serio”.
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