El secretario del
Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem),
Armando Fernández Sánchez, se querellará contra el presidente
Manuel Martínez-Sellés y los
seis miembros de la junta directiva que el viernes
firmaron un comunicado en el que le acusaban de diversos delitos.
Según ha podido conocer
Redacción Médica, Fernández y su asesor legal emprenderán acciones esta próxima semana, ante lo que califica como "
una gran mentira" pergeñada por Martínez-Sellés, el vicesecretario
José Antonio Valero-Sánchez-Concha y la vocal
María Esther Cordón Muro, y que habrían seguido entre otros el vocal
Santiago Sevilla Alonso, 'convertido' en fiel de la corriente presidencialista en el último momento, evitando así la celebración obligatoria de elecciones que marcan los estatutos si dimite más de la mitad de la junta.
"Hasta el gorro de las formas de Martínez-Sellés y su entorno" estaban los vocales que han dimitido de la junta directiva, tal y como ha podido saber este diario. Señal de que no comulgaban con las formas del cardiólogo, Valero, Cordón y compañía es que sus
renuncias iban acompañadas de la solicitud de nuevas elecciones inmediatas.
Fuentes consultadas por este diario señalan, entre otros motivos, el
oscurantismo ideológico que está tiñendo el día a día colegial, que también denuncian trabajadores de la corporación. Ejemplo paradigmático puede ser el del
coordinador del punto covid que
denunció de forma interna que en el Icomem no se había seguido el protocolo de comunicar su positivo en esta enfermedad. En un principio el entorno de
Martínez-Sellés quiso hacer ver a este diario que no les constaba nada de este caso, para más tarde
reconocer que algo había de cierto, pero que se debía a un episodio transitorio de estrés del empleado, y que todo estaba ya solucionado y aclarado con su 'arrepentimiento'.
La situación de inestabilidad institucional en el Icomem recuerda a la ya vivida bajo las presidencias de la psiquiatra Sonia López Arribas y en la última etapa de la ya desaparecida Juliana Fariña
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En cualquier caso, lo que parece claro es que a Martínez-Sellés le ha durado poco más de un año el crédito que le dieron los colegiados en las urnas. Solo el
'transfuguismo' del vocal Santiago Sevilla le ha valido para evitar in extremis el adelanto electoral. Ahora el Icomem vuelve a la situación de inestabilidad que ya se dio en 2012 en la presidencia de la psiquiatra
Sonia López Arribas, que pasó más de tres años enfrentada a su propia junta directiva en una situación que solo sirvió para deteriorar la imagen de la corporación, y que también se vivió en la parte final del último mandato de la anatomopatóloga
Juliana Fariña.
Parece que a Martínez-Sellés no le va a importar afrontar
tres años de presidencia anómala, aunque afecte al nombre del Icomem, pues ya ha anunciado que repartirá entre sus fieles las labores de los dimitidos e incluso (según indican a
Redacción Médica fuentes del entorno colegial) estaría tratando de 'borrar del mapa' a Armando Fernández y
apoderarse así de la Secretaría, el órgano que en cualquier colegio profesional controla el funcionamiento diario de la corporación.
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