El Ramón y Cajal usa implantes percutáneos para cardiopatías

Según el hospital, es una clara alternativa a una nueva cirugía de reemplazo valvular

Jueves, 03 de diciembre de 2015, a las 18:02
Redacción. Madrid
El Servicio de Cardiología Pediátrica del hospital dirigido por María Jesús del Cerro, ha iniciado el Programa de Implante percutáneo de la Válvula Tricúspide en pacientes con cardiopatía congénita. Los primeros implantes de la válvula percutánea se realizaron en el mes de agosto.

Imagen del equipo que ha realizado una de las intervenciones.

Estos fueron implantados en un niño de 11 años y en un joven de 20 años, con cardiopatía congénita operada ya en varias ocasiones, y que presentaban disfunción severa de la prótesis biológica tricuspídea implantada quirúrgicamente unos años antes.

En uno de los pacientes se realizó además el primer procedimiento, hasta la fecha conocido en el mundo, de doble implante -en posición pulmonar y tricuspídea- de este tipo de prótesis en una cardiopatía congénita.

Los implantes fueron realizados por el equipo de hemodinamistas, anestesia infantil y profesionales de Enfermería de la sala de Hemodinamia Infantil, contando con la colaboración de Nikolaus Haas del Hospital Herzfehler -Bad Oeynhausen, Alemania.

Se trata de una técnica novedosa, que permitirá reducir el número de cirugías extracorpóreas en los pacientes con cardiopatías congénitas que afectan al lado derecho del corazón -tetralogía de Fallot, atresia pulmonar, etc-. Es una clara alternativa a una nueva cirugía de reemplazo valvular, asegura el centro.

El implante se realiza por vía percutánea, a través de un vena femoral o vena yugular, se realiza con control radiológico en una sala de hemodinamia biplana específica para el tratamiento de las cardiopatías congénitas y ecocardiografía transesofágica.

La nueva válvula es introducida a través de la vena, y conducida hasta el lugar de implante montada sobre un catéter balón, que luego se expande en el lugar de la antigua prótesis. De esta manera, la nueva válvula se implanta “dentro” de la antigua válvula degenerada, restaurando así su función sin necesidad de una nueva cirugía extracorpórea.