Redacción. Madrid
El Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario Ramón y Cajal dirigido por María Jesús del Cerro, ha iniciado el Programa de Implante Percutáneo de la Válvula Tricúspide, válvula que separa la aurícula y el ventrículo derecho del corazón, en pacientes con cardiopatía congénita. Se han intervenido dos pacientes, a uno de los cuales se le realizó un doble implante durante el mismo proceso evitando la cirugía extracorpórea.
El equipo de Hospital Ramón y Cajal, junto a un paciente.
|
El Servicio de Cardiología Pediátrica realizó los dos implantes de la válvula percutánea en dos pacientes, en un niño de 11 años y en un joven de 20 años con cardiopatía congénita operada ya en varias ocasiones. Ambos presentaban disfunción severa de la prótesis biológica tricuspídea implantada quirúrgicamente unos años antes.
En uno de ellos se realizó además el primer procedimiento, hasta la fecha conocido en el mundo, de doble implante -en posición pulmonar y tricuspídea- de este tipo de prótesis en una cardiopatía congénita. Los implantes fueron realizados por el equipo de hemodinamistas, anestesia infantil y profesionales de Enfermería de la sala de Hemodinamia Infantil, contando con la colaboración de Nikolaus Haas del Hospital Herzfehler -Bad Oeynhausen de Alemania.
Técnica novedosa
Se trata de una técnica novedosa, que permitirá reducir el número de cirugías extracorpóreas en los pacientes con cardiopatías congénitas que afectan al lado derecho del corazón -tetralogía de Fallot, atresia pulmonar, etc-. Es una clara alternativa a una nueva cirugía de reemplazo valvular que se realiza por vía percutánea, a través de un vena femoral o vena yugular. Es necesario control radiológico en una sala de hemodinamia biplana específica para el tratamiento de las cardiopatías congénitas y ecocardiografía transesofágica.
La nueva válvula es introducida a través de la vena, y conducida hasta el lugar de implante montada sobre un catéter balón, que luego se expande en el lugar de la antigua prótesis. De esta manera, la nueva válvula se implanta “dentro” de la antigua válvula degenerada, restaurando así su función sin necesidad de una nueva cirugía extracorpórea.