El exdirector de Coordinación Sociosanitaria de la Comunidad de Madrid durante la primera ola de la pandemia, Carlos Mur, ha comparecido este miércoles en la comisión de investigación creada en la Asamblea de Madrid para analizar lo ocurrido en las residencias de la región durante la primera ola del Covid-19.
Mur, que fue cesado como exdirector el pasado mes de mayo en mitad de un proceso de renovación de la cúpula directiva de la Consejería de Sanidad, ha asegurado que los protocolos de actuación que se redactaron para las residencias de mayores recibieron su firma con el visto bueno de los consejero de Sanidad y Política Social, Enrique Ruiz Escudero y Alberto Reyero.
No obstante, instantes después Mur ha recapacitado y, después de que Ana García, diputada de Cs, le haya recordado que mentir en una comisión de investigación conlleva consecuencias penales, ha dicho que "yo no he dicho que Reyero validara el protocolo, pero una vez realizado se lo remití y en su elaboración participaron dos personas de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS)". "Yo no he recibido un correo suyo en contra de los protocolos. No se trata de que Reyero consensuara nada, teníamos una comunicación diaria y el 20 de marzo le pongo en copia de las dificultades urgentes encontradas", ha dicho insistido el exdirector.
Veto a los traslados de residentes a hospitales
Los portavoces de los diferentes grupos han centrado buena parte de sus preguntas en este aspecto, pues estos protocolos (se publicaron una serie de versiones borrador durante el mes de marzo hasta que se alcanzó una versión definitiva el día 25 del mismo mes) establecían los criterios por los cuales se debía discernir la idoneidad de trasladar o no residentes a los hospitales para recibir una atención sanitaria que sus centros en los que estaban internos, por su configuración, no podían ofrecer, y en base a si tenían un determinado nivel de dependencia o de deterioro cognitivo.
La polémica en torno a dichos protocolos se ubica en que, según han asegurado en los últimos meses diferentes gerentes de hospitales y centros geriátricos de la Comunidad de Madrid, es que la instrucción vetaría la posibilidad de que los mayores discapacitados con coronavirus fuesen derivados a los hospitales y tratando siempre de “garantizar una atención de calidad a los residentes”, pero sin poner en peligro la “sostenibilidad del Sistema de Salud evitando las graves consecuencias que supone su colapso”, según el citado documento, cuyas diferentes versiones tuvieron vigencia en marzo pero que la propia Comunidad de Madrid se encargó de tumbar a primeros de abril.
Decisiones consensuadas
Durante su intervención, Mur ha insistido en que “
no fue ningún papel u orden lo que estancó los traslados de residentes a hospitales, sino un cúmulo de dificultades reales que impidieron los traslados, como no tener test o las numerosas bajas de profesionales sanitarios”.
Mur: "Siempre informé a mis superiores directos"
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También ha asegurado que el protocolo y sus anteriores versiones tenían el visto bueno de los directivos de Sanidad y Política Social -competente en materia de centros sociosanitarios-.
“Siempre informé a los superiores directos”, ha asegurado. Sin embargo, ha asegurado que, en cualquier caso, “son una guía de actuación, no una orden”, por lo que ha descarta su carácter de obligado cumplimiento.
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Fueron avalados por mí, porque mientras intentábamos lograr algunas conclusiones respecto al Covid-19, el cataclismo era ya enorme y queríamos que los profesionales tuvieran el apoyo de la administración”, sostiene. Por eso, “decidí avalar el protocolo de manera general a expensas de futuras modificaciones”.
Sostiene, además, que nunca nadie se quejó o le pidió que modificase los protocolos clínicos, los cuales, además, “eran cambiantes en función de la evolución de la pandemia”. “Fueron protocolos como los que se establecen en cualquier catástrofe. Consensuamos que era mejor emplear una escala de fragilidad y otras recomendaciones” para establecer la derivación de pacientes.
“Se estará más o menos de cuando, pero se redactó de acuerdo con la medicina en caso de catástrofes”, ha insistido durante su intervención.
"No es para que nadie esté contento"
Mur ha indicado que el resultado final de la pandemia del Covid en las residencias durante la primera ola “no es para que nadie esté contento”, al tiempo que ha dicho que “ninguna versión del protocolo suponía la discriminación generalizada de los mayores”.
Preguntado sobre si los geriatras aplicaron los protocolos, aunque no fuesen de obligado cumplimiento, Mur ha explicado que “no me consta que se hiciera de forma generalizada, aunque en algunos casos sí, supongo que por razones de práctica clínica”.
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