El gerente del Hospital Clínico San Carlos de Madrid,
José Soto, ha revelado que
el centro vacunó del Covid-19 a un total de 627 jubilados y hasta a personal de subcontratas "ante la previsión de ocupación real de las agendas y la caducidad de los viales" y durante la primera fase de vacunación a mediados de enero.
En una comparecencia en la
Comisión de Sanidad de la Asamblea de Madrid, ha defendido la "necesidad de administrar dosis de vacunación con perentoriedad inmediata". "
Se inició un llamamiento planta a planta de hospitalización de posibles candidatos para ser vacunados voluntariamente, sin obtenerse un número suficiente como para consumir las dosis pendientes", ha indicado.
Modus operandi
Debido al temor por perder las dosis, Soto ha explicado que "
se siguió facilitando la posibilidad de vacunarse a otros profesionales presentes en el centro o profesionales interesados que quisieran acudir".
Estaban llamados a vacunar personal de las empresas adjudicatarias de los servicios externalizados y también a grupos de voluntariado entre los que se incluye la
Asociación de Jubilados, quienes "interpretaron mal el sentido de la posibilidad habilitada exclusivamente para aquellos miembros asociados con tarjeta de presencia autorizada como voluntario, extendiendo el llamamiento a otros compañeros jubilados incluso no asociados".
Ante el volumen de vacunas, la capacidad del hospital para vacunar se vio
"desbordada", ha dicho. "La dirección del hospital dio la instrucción de detener la vacunación de todo aquel que no estuviera en el grupo de profesionales autorizados, reordenando el flujo de vacunación", ha defendido.
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