La Comunidad de Madrid vive los momentos sanitarios más difíciles de su historia.
La crisis del coronavirus ha situado a los hospitales madrileños en una situación crítica, y el Gobierno regional está tomando decisiones hasta ahora nunca vistas, como
poner bajo un mando único los recursos sanitarios públicos como privados.
En este contexto tan complicado,
la decisión que habría tomado la presidenta Isabel Díaz Ayuso de poner al frente de la crisis por el coronavirus al médico / gestor Antonio Burgueño ha venido a
contrariar a una mayoría de los médicos asistenciales. A Burgueño se le ha nombrado asesor externo, un cargo que parece menor por su nombre, pero en realidad le da galones ante la
galopante crisis del coronavirus a un profesional que lleva fuera de la gestión casi una década, y de la asistencia directa bastantes más.
Pocos profesionales perdonan a Burgueño su anterior etapa en Sanidad, en la que decretó 'sin anestesia' la jubilación forzosa de los médicos a los 65 años (teniendo él más entonces) y otras series de medidas que los facultativos asistenciales consideraron que iban en contra de las batas blancas.
La situación se resume en un tuit. El publicado hace unos horas por el
jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital La Paz-Carlos III, José Ramón Arribas, en principio el portavoz del Ejecutivo regional ante la crisis del Covid-19, y dirigido a la cuenta de
Isabel Díaz Ayuso en Twitter: "Respetuosamente le solicitamos que reconsidere el nombramiento de Antonio Burgueño como coordinador frente a Covid-19, una persona que cuenta con el rechazo de gran parte de la sanidad madrileña. Esta crisis necesita consenso y unidad".
La decisión de
Díaz Ayuso ha dejado en una situación complicada al consejero Enrique Ruiz Escudero, y también a los directivos de los principales hospitales. Nadie entiende que habiendo gente en activo muy capacitada para liderar esta situación se tenga que recurrir a un teórico del pasado. Se puede considerar que la decisión que habría tomado Díaz Ayuso es
sinónimo de que nadie de los presentes en la cúpula actual de la estructura sanitaria madrileña sirve para liderar este momento crucial.
Es obvio que es un momento para construir, para ir todos juntos en la misma dirección, y que el sistema sanitario madrileño atraviesa un momento crítico y se deben tomar decisiones rápidas porque el coronavirus no entiende de treguas en su contagio y avance. Pero
crear desconfianza y desánimo entre los profesionales sanitarios, entre los directivos de la salud, e incluso en la cúpula de la propia estructura de Sanidad, no se presenta como un buen presagio.
Hoy más que nunca,
seguimos confiando en el criterio de los profesionales sanitarios, de médicos, enfermeros, farmacéuticos, psicólogos, que van a ser, con la ayuda de la concienciación ciudadana, quienes de verdad reviertan esta situación tan complicada.
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