En la Comunidad de Madrid se registraron
35.956 casos con patología tumoral en 2022, según datos del propio gobierno autonómico. Ante unas cifras tan elevadas y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de estas personas, la presidenta de la región,
Isabel Díaz Ayuso, anunció que se extenderán los
tratamientos oncológicos a domicilio a todos los hospitales públicos de la localidad.
La proyección es
alcanzar una cobertura de 1.250 pacientes de Oncología en los próximos dos años facilitando la asistencia en el hogar con el respectivo seguimiento individualizado para quienes se atienden en centros hospitalarios que forman parte del Servicio Madrileño de Salud (Sermas). La Consejería de Sanidad, a cargo de Fátima Matute, ha indicado a
Redacción Médica, que sólo en 2025, se busca beneficiar a entre 300 y 600 personas que padecen alguna patología de este grupo.
El procedimiento que se aplicará seguirá las líneas del programa pionero que lleva vigente en el Hospital Gregorio Marañón desde hace más de seis meses. El especialista del Servicio de Farmacia de este centro,
Vicente Escudero, ha detallado las claves, y es que, desde un principio, se planteó que administrar tratamientos a domicilio en pacientes oncológicos
con determinadas características tendría un
impacto "muy positivo" en su bienestar.
Para ello, según cuenta el profesional a este periódico,
se elabora un protocolo donde participa la
Unidad de Hospitalización a domicilio, el Servicio de Oncología y Farmacia Hospitalaria, quienes son los encargados de establecer los criterios de los pacientes que sí pueden recibir esta asistencia.
Todo ello, claro está,
se debe coordinar entre los profesionales sanitarios que intervienen en la ‘ecuación’ y el paciente que cumple con los requisitos para recibirla. Entre los principales criterios que se analizan para ver si el candidato es apto se encuentran:
los demográficos (la distancia entre el domicilio y el hospital, o si tiene un cuidador que pueda ayudarle),
clínicos (personas que lleven tiempo con varias administraciones, que no tengan reacciones infusionales significativas, que sean estables…),
sociodemográficos, y luego los
fármacos requeridos. En este sentido, el reto está en hacer llegar otro tipo de terapias intravenosas más allá de la quimioterapia.
Objetivo de los tratamientos oncológicos a domicilio
El
principal objetivo que tiene el equipo que interviene en este programa es conseguir que haya
un impacto real en el paciente. "Queremos que
mejore sus expectativas y calidad de vida, evitando los desplazamientos al hospital. Muchos de ellos están en una situación frágil y
hacerlo les cuesta mucho. No tienen que ser perfiles crónicos, pero sí tienen que tener un diagnóstico establecido y que sean
clínicamente estables", ha explicado Escudero.
A pesar de que la principal ventaja es
evitar los desplazamientos y que los pacientes no tengan que esperar su turno en el Gregorio Marañón para el suministro del fármaco, también hay un factor importante a tener en cuenta:
dejar espacio libre para aquellos que sí necesitan asistir presencialmente a que les suministren su medicación.
¿Cómo se coordina la administración?
El protocolo para acceder a este programa funciona de la siguiente manera: el paciente que aspira a recibir el tratamiento
se reúne con su oncólogo y se le ofrece
participar "de forma voluntaria". Tras aceptar, todo el equipo que interviene en el procedimiento se reúne para
marcar fechas y tiempos. "Hay un
gran circuito de seguridad, similar a cuando ese suministro lo reciben en el propio hospital”, ha reconocido Vicente Escudero.
En esta iniciativa, las
enfermeras juegan un papel clave. Ellas son las encargadas de administrar el tratamiento y de "toda" la parte de hospitalización a domicilio. "Es el nexo físico. Las que realmente se mueven a las casas, quienes les realizan los cuidados de Enfermería y, si es necesario,
la extracción de analítica, entre otras funciones", ha detallado.
Enfermería y Farmacia en pacientes oncológicos
La forma en la que se organizan estas profesionales es clara. Tienen su
ruta asistencial perfectamente delimitada y cada enfermera
cubre un área demográfica determinada para repartir el medicamento. “Ellas lo transportan en unas
condiciones óptimas. Tras la administración, se quedan en el hogar durante el tiempo necesario para
comprobar si no hay ninguna reacción adversa que requiera de sus servicios y, si todo está correcto,
continúan a la siguiente vivienda”, ha explicado.
En cuanto al
Servicio de Farmacia Hospitalaria del Gregorio Marañón, Escudero ha resaltado que son los
expertos en la gestión del medicamento. “El oncólogo lo prescribe y nosotros lo validamos, y se comprueba que cumple con los protocolos. Tras esto,
se elabora con la máxima seguridad y con los controles pertinentes, y, posteriormente,
se dispensa para que las enfermeras puedan administrarlos”, ha subrayado.
En todo este proceso, la supervisión también juega un papel fundamental. Y es que desde la Farmacia llevan "muchos años" haciendo el seguimiento a pacientes oncológicos a través de una aplicación móvil. "
Se pueden comunicar con nosotros si tienen dudas sobre su medicación", ha concluido.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.